Si en algo coinciden los estudios consultados es que la pobreza es el principal problema al que se enfrenta la población adulta mayor, misma que se acentúa por género, por origen étnico y hasta por la lejanía de sus localidades respecto a los centros urbanos que concentran la mayor cantidad de servicios; de ahí que las nociones que tengamos sobre lo que significa el abandono y el maltrato, siempre estarán condicionadas por estas circunstancias. "El abandono es peor cuando hay miseria, cuando hay pobreza," dice Eduardo Gandur Islas, director de delegaciones del Sistema Estatal DIF (SEDIF), quien desde que asumió el cargo ha podido constatar que, aunque la institución tiene como prioridad la atención de los grupos vulnerables -como son los adultos mayores-, ésta no había sido su principal preocupación, al menos en las delegaciones marginadas, pues entre otras cosas se dedicaba a aprovechar su estructura para la compra de votos.
"La dignificación de la última etapa de la vida de estas personas tiene que ser lo más importante," sostiene; sin embargo, la realidad es que, como apunta el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), las personas adultas mayores siguen siendo presas de estereotipos que les impiden alcanzar cierto nivel de autonomía, indispensable para salvar ese primer obstáculo y condición para ser potenciales víctimas de maltrato y abandono. "Se les concibe como sujetos con mala salud y capacidades mentales reducidas; dependientes, infantiles, improductivos e irritables," escribe Luis Miguel Gutiérrez Robledo en la presentación "Envejecimiento y salud: una propuesta para un plan de acción", estudio realizado entre la UNAM, la Academia Nacional de Medicina de México, la Academia Mexicana de Cirugía y el Instituto Nacional de Geriatría. Lee: Supervisan avances del reordenamiento comercial en el centroAl no tener entonces ingresos suficientes, como sí los pudieron haber tenido durante las primeras etapas de su vida económicamente activa, dependen enteramente de su familia o de los programas sociales del Estado, entidades que, llegado el momento, pueden sin más abandonarlos o violentarlos, física o estructuralmente. Aunque ahora no lo comprendan en toda su dimensión, la población mexicana -mayoritariamente joven-, apunta el Conapred, también experimentará estas formas de exclusión y violencia. Casi la mitad de los adultos mayores (49.9 por ciento), registra la Encuesta Nacional sobre Discriminación, cree que sus derechos son poco o nada respetados, y uno de cada cinco (18 por ciento) reporta haber sido discriminado por al menos un motivo en los últimos 12 meses, principalmente en la calle, el transporte público y la familia. Aunado a ello, de acuerdo con las respuestas a la Encuesta Nacional sobre Discriminación, los tres principales problemas a los que se enfrentan las personas mayores son la falta de oportunidades laborales, la insuficiencia de su pensión para cubrir las necesidades básicas y la falta absoluta de la misma. A esto responde Gutiérrez Robledo, quien asegura que "el desarrollo de políticas que garanticen la equidad y el acceso justo a la salud, la educación y el empleo pasa antes por la promoción de una percepción positiva de las personas adultas mayores, y por el combate a la discriminación, para incidir favorablemente en su bienestar y calidad de vida". De lo contrario, programas sociales como el Programa para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores (mil 275 pesos mensuales entregados de forma bimestral), además de que no supera las líneas de bienestar económico del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval): 2 mil 542 pesos mensuales en las ciudades y mil 615 pesos al mes en el campo; poco pueden hacer para prevenir de forma efectiva las diferentes modalidades de maltrato y abandono. El Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH) de la UNAM indica, en ese sentido, que 20 por ciento de los adultos mayores vive olvidado por el gobierno, la sociedad o sus propias familias, mientras que 16 por ciento sufre rasgos de abandono y maltrato. En Puebla, donde residen cerca de 500 mil adultos mayores (11 por ciento), 1 o 2 de cada 10 personas sufren abandono o algún tipo de maltrato. El SEDIF, a solicitud de El Popular, diario imparcial de Puebla, confirmó que de enero al 15 de junio ha recibido 31 reportes por omisiones de cuidado y maltrato contra adultos mayores; dos personas, luego de acciones coordinadas entre los DIF municipales y los Ministerios Públicos -los primeros en dar respuesta a estos eventos-, están bajo su custodia a través de los servicios subrogados del albergue Bella Época; 16 personas más, algunos de ellos por extravío, fueron oportunamente reintegrados a sus núcleos familiares. |