Jueves 20 Junio 2019

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el maltrato hacia los adultos mayores es "un acto único o repetido que causa daño o sufrimiento a una persona de edad avanzada -o la falta de medidas apropiadas para evitarlo-, que se produce en una relación basada en la confianza".

"El abandono es sobre todo emocional: ya no les hacemos caso," explica María Luisa Martínez Ramírez, coordinadora general de la Casa del Abue, agregando que la elección de trabajos precarios -como los de los empacadores en supermercados- es una manera de decir: 'me siento útil, me siento fuerte, me siento importante para la sociedad'".

Por este motivo, instituciones como el DIF, el INAPAM o incluso algunas estancias ofrecen asesoría jurídica a los adultos mayores que han sufrido violencia, abuso o maltrato; resta sólo presentarse o acompañar a la persona que necesite apoyo legal, y en algunos casos los trámites pueden comenzarse a través de un correo electrónico.

Lee: Los hijos parecen pirañas: Miguel Ángel

A nivel mundial, uno de cada diez adultos ha sido víctima de malos tratos, que constituyen una violación de los derechos humanos. Comprende el maltrato físico, sexual, psicológico o emocional, pero también la violencia que se genera por razones económicas o materiales, además del abandono, la negligencia, el daño grave a su dignidad y la falta de respeto.

Desde la gerontología, de acuerdo con el Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores, se distinguen ciertos tipos de maltratos: el físico y el psicológico, el abuso sexual, el abandono, la explotación financiera y el maltrato estructural. Este último quizá es el menos entendido, pues se manifestaría en la "falta de políticas sociales y de salud adecuadas; la inexistencia, el mal ejercicio y el incumplimiento de las leyes; y la presencia de normas sociales, comunitarias y culturales que desvalorizan la imagen de la persona mayor", lo que únicamente deriva en actos de discriminación, marginalidad y exclusión.

La violencia, además de familiares, vecinos o desconocidos -con o sin la intención de hacerlo-, puede darse en la comunidad o parte de las instituciones que debieran procurarlos, de ahí que a veces sea difícil identificar señales claras de maltrato en las personas mayores.

Confusión, insomnio, agitación, agresividad, pérdida de peso, moretones, cicatrices o quemaduras, higiene deficiente, desarrollo de úlceras, entre otros, son algunos de los signos para identificar este tipo de violencia.