Mujeres y jefas de hogar, la mayoría en México

Solo un 4 por ciento de hogares en México contrata a una empleada

Mujeres y jefas de hogar, la mayoría en México
Agencia Enfoque | Muchas viven sin prestaciones laborales. Mujeres y jefas de hogar, la mayoría en México

Aunque las recientes modificaciones a las leyes son aplicables a todos los trabajadores del hogar, la mayor parte de esta labor es realizada por mujeres (92%), quienes, como en otras áreas de la economía, suelen estar en desventaja salarial en relación con sus contrapartes: cuatro de cada diez mujeres ganan, a decir de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, hasta dos salarios mínimos; en el caso de los hombres este porcentaje baja a tres de cada diez.

El perfil de una trabajadora del hogar, según refiere la Comisión de Salarios Mínimos, es el de una mujer de 43.1 años, posiblemente casada o en unión libre (50 por ciento), con hijos (85 por ciento), educación básica terminada (75 por ciento) y en uno de cada tres casos (32.2 por ciento), jefa de hogar.

Un 4 por ciento de los 41 millones de hogares mexicanos que contrata a una trabajadora del hogar, lo hace dentro de alguna de las modalidades: puertas adentro (de planta, que duerme en casa), puertas afuera (de entrada por salida) o una combinación de ambas; su empleador, por otra parte, es un hombre (72 por ciento) de 53.5 años, con nivel de escolaridad profesional o posgrado, quien destina alrededor de 8.8 por ciento de su gasto mensual a su salario, uno que probablemente no refleja las más de ocho horas laboradas (13.3 por ciento).

Alrededor del mundo, asegura ONU-Mujeres, existen entre 53 y 100 millones de trabajadores del hogar, en su mayoría mujeres (83 por ciento). La importancia de diferenciarlos parte del reconocimiento de la naturaleza de sus trabajos y su situación en sociedad, pues mientras que los hombres son contratados como conductores, guardias de seguridad, jardineros, cocineros o mayordomos, es decir, trabajos más autónomos con tareas reducidas, las mujeres suelen realizar más de un oficio, sin tanta libertad y en un ámbito más privado.

El trabajo del hogar no sólo se basa en los roles de género tradicionalmente asignados a las mujeres, sino que también está ligado al bajo valor que históricamente ha tenido el trabajo de cuidado. "Se considera, de hecho, como una labor que se realiza por amor", refiere Naciones Unidas, lo que se complica aún más cuando se desarrollan lazos afectivos entre los trabajadores y sus empleadores, ya que esto impide la comprensión de la relación laboral como una que tiene que ser regulada.

 

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