Con dificultades alimentarias, 50 mil poblanos

Una encuesta del Inegi reveló que muchos mexicanos tuvieron que pedir limosna o mandar a los pequeños a trabajar para poder comprar alimento

Con dificultades alimentarias, 50 mil poblanos
Agencia Enfoque | Más de 50 mil poblanos tuvieron que hacer algo que hubieran preferido no hacer para conseguir comida Con dificultades alimentarias, 50 mil poblanos

Más de 50 mil poblanos tuvieron que hacer algo que hubieran preferido no hacer para conseguir comida, refiere la última Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares del Inegi. Esto incluye mendigar o pedir limosna, así como mandar a los niños a trabajar.

A nivel nacional, alrededor de un millón de personas recurrieron a estas prácticas socialmente no aceptadas en los tres meses previos a la aplicación de la encuesta, que se levantó entre el 21 de agosto y el 28 de noviembre del año pasado.

Este rubro es tan sólo una de las variables que el instituto toma en cuenta para medir las dificultades de los hogares mexicanos para satisfacer sus necesidades alimentarias, por falta de dinero o recursos no monetarios, como la producción propia de alimentos para el autoconsumo, el trueque o la recepción de apoyos alimentarios por parte de instituciones públicas o privadas.

De los 1.6 millones de hogares que existen en la entidad, 45.4 por ciento se sintió preocupado de que la comida se acabara; 11 por ciento sí se quedaron sin comida; 33.5 por ciento reconoce que su alimentación no es sana ni variada; 14.2 por ciento de los adultos dejaron de desayunar, comer o cenar; y 25.8 por ciento comieron menos de lo que pensaban comer.

Un total de 844 mil 130 hogares poblanos experimentaron alguna dificultad para satisfacer sus necesidades alimentarias. En éstos, algún adulto sintió hambre pero no comió (30.6 por ciento), o comió una vez al día o dejó de comer todo un día (30.6 por ciento); mientras que como se adelantaba, 6 por ciento tuvo que hacer algo que hubiesen preferido no hacer.

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Acostarse con hambre

La situación de los hogares que han experimentado dificultades para satisfacer las necesidades de los menores de edad que los conforman, también es considerable, al grado de que de los 558 mil hogares registrados, 12.3 por ciento tienen a un menor que se acostó con hambre: 68 mil 836 personas.

Asimismo, se reportan menores que dejaron de tener una alimentación sana y variada (36 por ciento), tuvieron una alimentación basada en muy poca variedad de alimentos (43.8 por ciento), comieron menos porciones (27.1 por ciento), sintieron hambre pero no comieron (12.3 por ciento) o comieron sólo una vez al día o dejó de comer todo un día (10 por ciento).

Fin del hambre, un reto

El objetivo número dos de la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas es muy claro: poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición, promoviendo a su vez una agricultura sostenible. En México y en Puebla, aún estamos lejos de cumplir con esta meta.

De acuerdo con la FAO, 821 millones de personas en el mundo padecen hambre crónica; es decir, no ingieren suficientes alimentos de manera constante y se van a dormir con hambre, sin las calorías necesarias para sobrellevar sus actividades diarias; sus efectos, refiere la organización, son irreversibles, al punto de ser responsable de casi la mitad de las muertes infantiles a nivel global, ya que no crecen ni se desarrollan adecuadamente, lo que los deja sumamente vulnerables.

En 2017 murieron 37 mil 724 personas en Puebla, 454 de éstas a causa de desnutrición y otras deficiencias nutricionales.

El Consejo Nacional de Evaluación (Coneval) reportaba en 2016 que 24.6 millones de personas en México vivían con carencias en el acceso a la alimentación, lo que representa 20.1 por ciento de la población. En Puebla, este indicador registra a más de un millón 260 mil personas.