Alrededor de 54.7 billones de pesos ha sido la reducción del salario mínimo en las últimas cuatro décadas, aseguró el presidente de la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasami), Andrés Peñaloza Muñoz.

Esta reducción en la percepción de los trabajadores representa una pérdida de 75 por ciento del poder adquisitivo durante el llamado periodo neoliberal.

De ahí que se haya iniciado un proceso de revisión para analizar un nuevo aumento a los salarios mínimos, que refleje la capacitación, la productividad, pero sobre todo las condiciones socioeconómicas de los trabajadores, cosa que no sucede en la actualidad.

“El papel que jugó la Conasami durante más de 30 años fue vergonzoso. Con salarios desorbitantes convalidaron la caída sistemática de los salarios mínimos,” dijo Miguel Calderón Chelius, director del Observatorio de Salarios de la Ibero.

Reconoció que fue significativo el aumento de 16 por ciento hecho en diciembre de 2018, pasando de 88.40 a 102 pesos.

Éste apenas se ubica por arriba de la línea de pobreza individual, cuestión insuficiente para el mandato constitucional de que los salarios cubran las necesidades de un jefe o jefa de familia; es decir, de éste y sus respectivos dependientes.