“Estamos en un país donde todo es prioridad, pero cómo le hacemos para que la gente se convenza de que el asunto del medio ambiente no es un asunto de moda. Nos estamos muriendo,” dijo la activista y actriz Sophie Alexander al término de la presentación del Manifiesto de la Revolución Urbana, donde partiendo de un análisis de las siete zonas metropolitanas más contaminadas de México —incluyendo Puebla—, se hace un llamado al cambio urgente.

En un trayecto de 3 kilómetros en el transporte público poblano, por poner un ejemplo, el ozono, que afecta el sistema respiratorio con reducción de la función pulmonar e incrementa el riesgo de alergias e infecciones; y el PM 2.5, material que por su tamaño puede ingresar hasta los alvéolos y se relaciona con el cáncer de pulmón, rebasan la norma de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

A decir de Carlos Samayoa, especialista en movilidad de Greenpeace México, no vivimos muy lejos de situaciones desiguales como la segregación racial en EU del siglo pasado, toda vez que se sigue priorizando la inversión en el uso del automóvil, que es utilizado por una pequeña parte de la población.

En la Zona Metropolitana de Puebla, 76.9% de los viajes al trabajo y 92.4% de los viajes a la escuela se realizan a pie, en bicicleta y transporte público. Sin embargo, 84.3% de la inversión en infraestructura se destina al automóvil particular; y sólo 15.7% a la movilidad sustentable.

Manifiesto de la Revolución Urbana

Zona Metropolitana de Puebla: Dos millones 171 mil 434 habitantes.

1) Reordenar todas las rutas de transporte público

2) Reorganizar el transporte público en corredores estructurados

3) Renovar las unidades vehiculares con unidades de cero emisiones

4) Consolidar un Sistema Integrado de Transporte Público

5) Transformar avenidas principales en calles completas

6) Crear centros de transferencia modal

7) Aumentar infraestructura ciclista

8) Ampliar, mejorar y construir banquetas que fomenten la caminabilidad

9) Peatonalizar calles en centros históricos.