Caravana de Madres Centroamericanas, 15 años buscando a los suyos

Las exigencias de los integrantes de la caravana es que las autoridades se comprometan con la búsqueda de los migrantes desaparecidos

María Elizabeth alza la voz cuando relata la historia de su hijo Marco Antonio Martínez, migrante hondureño originario de Tegucigalpa desaparecido en febrero de 2013. “Mi hijo salió rumbo a Estados Unidos; se lo recalco, rumbo a Estados Unidos”, asegura su madre para adelantarse a los recurrentes comentarios negativos que cuestionan las razones que tuvieron tanto Marco —que entonces tendría 21 años— y tantos otros migrantes para venir a México.

“Guatemala y México son caminos de paso. Lastimosamente es aquí en donde encuentran ellos la muerte o su desaparición; si bien les va son secuestrados, sus derechos violados, y sus cuerpos físicamente violentados, traficados”, dijo a su llegada a la capital de Puebla, uno de los 13 estados en el recorrido de la Caravana de Madres Centroamericanas, integrada por alrededor de 38 familias.

Marco salió de Tegucigalpa, dejando a su esposa e hija —que ahora tiene 12 años—, para ganarse la vida. Su mamá, quien desde 2017 se integró a la Caravana de Madres, asegura que quienes atraviesan el territorio nacional no lo hacen para quedarse aquí; cuestión a la que tienen derecho también. “Lo hacen porque tiene un sueño.”

Lee: Esto significan los murales que verás en la Capilla Sixtina de Catedral

En el recorrido, cuenta Ana Enamorado —madre de Óscar, desaparecido en 2010, y coordinadora de la caravana—, al menos cinco familias han podido reencontrarse con los suyos, además de que han podido recabar más pistas que aseguran que haya más reuniones de familiares separados por las fronteras, el crimen y la impunidad, en el próximo recorrido.

Ana reconoció sin embargo que la situación, de un año para otro —con la llegada del nuevo Gobierno Federal—, ha cambiado profundamente, lo que dificulta aún más la labor que han venido realizando desde hace 15 años, tiempo en el que se han podido localizar a 315 personas que estaban desaparecidas; algunas de ellas todavía con vida.

“El problema ha incrementado muchísimo con el cierre de la frontera sur, mandando militares. Esto implica que haya más desapariciones, más secuestros, más violaciones (...) los obligan a que pasen por lugares más peligrosos en donde saben que les puede pasar de todo”, dijo.

La principal preocupación y exigencia de los familiares —principalmente madres—, es que las autoridades se comprometan con la búsqueda de los migrantes desaparecidos, de forma permanente, informando del avance de las investigaciones a través de los consulados.

  • URL copiada al portapapeles