[Fotorreportaje] Al romper la piñata termina mi trabajo: Artesano

El artesano Fernando Eviud Bornios Ávalos nos cuenta de la tradición de hacer las piñatas a mano y como ésta se ha ido perdiendo

[Fotorreportaje] Al romper la piñata termina mi trabajo: Artesano
Karen ROJAS | Bornios Ávalos empezó a los 13 años a crear sus productos para la venta [Fotorreportaje] Al romper la piñata termina mi trabajo: Artesano

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En la actualidad, la tradición de hacer a mano las piñatas se ha ido perdiendo, esto con el afán de disminuir sus costos de producción; sin embargo, algunas personas tratan de preservar este oficio. Tal es el caso de Fernando Eviud Bornios Ávalos, artesano originario de Oaxaca que se dedica a hacer piñatas.

“Por el hecho de ser artesanal requiere de mucho trabajo cuidadoso y de creatividad para combinar los colores; todo es hecho a mano y en cada pieza pongo mi mayor esfuerzo. El momento en el que se rompe la piñata es la culminación de mi trabajo como artesano; sin embargo, tengo presente que ésa es la finalidad de una piñata.”

Bornios Ávalos empezó a los 13 años a crear sus productos para la venta, aunque desde pequeño tuvo una gran fascinación por este elemento tradicional de las fiestas navideñas y de otras celebraciones en México.

En entrevista con el El Popular, diario imparcial de Puebla, el artesano compartió su pasión por hacer piñatas y cómo esta tradición se ha ido modificando con el paso de los años.

“En mi población Miahuatlán, en Oaxaca, ir a una fiesta infantil se le nombra como ‘ir a las piñatas’. Cuando íbamos a las celebraciones, mis hermanos y otras personas tenían el gusto por romper la piñata, y otros por agarrar los dulces. Algo curioso es que yo no tenía ninguna afición por ninguna de los dos; sí las rompía y me comía los dulces, pero mi gusto era esperar a que terminaran de romper la piñata para recoger los pedazos y llevarlos a casa para reconstruirlas.”

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Y agrega: “mi mamá vio potencial para negocio y me preguntó si quería venderlas, pero me negué; nos obstante, un día mi mamá vendió una a escondidas y a partir de ese momento empecé a producirlas, por el éxito que tuvieron”.

Ante la transformación que han tenido las piñatas, Bornios Ávalos asegura que al principio era renuente a abandonar la tradición. “Antes realizaba sólo piñatas representativas sin alterar los elementos típicos: papel china, papel crepé, hojas reutilizadas, ollas de barro y engrudo hecho a base de harina, limón y agua. Poco a poco la sociedad te hace ir cambiando, ya que la última palabra la tiene el cliente. A veces hago mis productos sin alterar los elementos característicos, pero los niños ya no están familiarizados con la típica piñata, por ende no la compran; ahora quieren que sean de personajes que a ellos les gusten.”

Sobre el pedido más raro que ha tenido, el joven artesano dice que le han pedido piñatas con figuras de bailarines y bailarinas exóticas, aunque la gente llega con vergüenza.

“He realizado personajes infantiles e incluso con figuras que no existen; mi slogan es: ‘Tu sólo imagínalo y nosotros lo hacemos realidad’. Uno de los pedidos que más recuerdo es el que me hizo una chica que quería hacer una piñata de un personaje que leyó en un libro; para hacer este trabajo tuve que leer el libro, y me da satisfacción saber que el resultado le encantó.”

Fernando Eviud comercializa sus artesanías en Arte, Barro y Papel, ubicado en la 11 Poniente número 1212, en el Barrio de Analco en la capital poblana.