Ciudadanía debe participar en la creación de políticas culturales: BUAP

La población mexicana en promedio no gasta más allá del 5.3 por ciento de sus ingresos en bienes culturales, detalló el investigador de la Facultad de Economía

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Cortesía Ciudadanía debe participar en la creación de políticas culturales: BUAP

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La función de la cultura en la economía mexicana es relevante en los últimos años, tiene un valor económico e implica la existencia de un consumo y oferta creciente, en especial por la participación en la conformación del Producto Interno Bruto (PIB). En 2017 y 2018, registró un nivel de aportación del 3.2 y 3.4 por ciento, que superó al sector primario.

El doctor Pablo Sigfrido Corte Cruz, investigador de la Facultad de Economía de la BUAP indicó que “Las aportaciones en la economía dicen que la cultura es superior al sector primario (agricultura, ganadería, pesca y minería), la cual en 2018 aportó el 3.1 por ciento del PIB”,

Sin embargo, a pesar del valor económico y de la creación de la Secretaría de Cultura en 2015, este ramo carece de políticas para su fortalecimiento. Además, los recursos financieros destinados, en su mayoría se basan en las llamadas becas del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA).

El investigador, del Cuerpo Académico Gestión y Desarrollo, menciona que para crear políticas de fomento a la cultura se necesitaría la participación de la sociedad civil en el diseño y gestión de estas, así podría reforzarse la idea de una democracia inclusiva.

Por otro lado, aclaró que es fundamental acercarse a los ciudadanos, a los que usan y “consumen” cultura, y también a los que no lo hacen, debido a que la población mexicana en promedio no gasta más allá del 5.3 por ciento de sus ingresos en bienes culturales.

Además, el académico sugiere enlazar al ámbito educativo, a través de estrategias, como enseñar en secundaria una lengua originaria, como náhuatl, totonaco o popoloca, con el fin de consolidar la identidad cultural, así como impulsar el desarrollo de habilidades artísticas en el nivel básico; por ejemplo, enseñar a tocar un instrumento para promover la formación de artistas en edades tempranas.

Comentó que existen actividades culturales, pero no una política en la materia y es producto de la poca importancia que tiene la cultura en diferentes ámbitos políticos, reflejando principalmente en la disminución del presupuesto destinado.

La existencia de dos conceptos de cultura, dependen del entorno, rural o urbano, el primero lo relacionó con usos y costumbres de la gente, sus actividades económicas y la vinculación de los habitantes con los recursos naturales. En el segundo, el fomento de las artes formales -escritura, música y pintura-, así como una fuente de trabajo. “Por ende, hay una definición ambigua lo que ocasiona que no exista una homologación para instaurar una política cultural”.

Resaltó que la inclusión de la cultura en el desarrollo sostenible presentaría un reto del cómo entender este concepto y desafíos adicionales a los existentes.