Imparables, los robos a comercio en el Sector Tres de la Policía Municipal en la ciudad de Puebla. La madrugada del martes se registraron tres, a unas cuadras de distancia entre ellos.

Un ocurrió en un restaurante del barrio de Santiago, otro en un negocio de iluminación de la colonia Volcanes y el tercero en una tienda de pinturas de la colonia Benito Juárez.

El primero se registró alrededor de las 2 horas, cuando amantes de lo ajeno ingresaron por una pequeña ventana al restaurante Dejavú, donde robaron pantallas de plasma, la caja registradora y el dinero de las ventas.

Este establecimiento está en la plaza comercial que ocupa la esquina de la 21 Sur y 17 Poniente, en el barrio de Santiago. Ahí los ladrones se dieron tiempo para prepararse algunos alimentos e incluso comer postre.

Ya con las energías repuestas por los alimentos, abrieron un boquete para apoderarse de pantallas de plasma y otros objetos de valor.

Las cámaras de seguridad del establecimiento lograron captar a dos ladrones, los cuales ingresaron al local cerca de la hora señalada. Aunque los propietarios alertaron a la policía, cuando los uniformados llegaron ya no pudieron hacer nada.

Cerca de ahí, a escasas cuadras, alrededor de las 8 horas, el propietario de la tienda Iluminatto fue víctima de la delincuencia por segunda ocasión en menos de cuatro meses. Apenas en noviembre los ladrones le vaciaron la tienda y esta ocasión ocurrió lo mismo. El sitio está en la 25 Poniente número 2503.

Cuando el propietario llegó se percató de que la cortina estaba forzada. Al ingresar notó que los delincuentes habían cortado los cables de las cámaras de seguridad. Al hacer el recuento de lo robado supo que los hampones se llevaron computadoras, impresoras, mercancía y todo el dinero de la caja registradora.

El agraviado exigió a las autoridades policiales que refuercen la seguridad, pues los robos en la zona están a la orden del día.

Por último, el tercer robo ocurrió en la tienda de pinturas Ossel, en la 21 Sur 3109 de la colonia Benito Juárez, donde el propietario al llegar también se percató que le habían dado el cortinazo.

Según el agraviado, sustrajeron algunos objetos de poca valía, pero también alzó la voz para exigir más seguridad.