El Pan de Muerto, tradición y nostalgia

La elaboración de la hojaldra es una encomienda que tienen los panaderos para con los muertos. Ésta se debe preparar pensando en los que ya no se encuentran con los vivos. De eso nos cuenta Isaías Palacios Ramírez, maestro panadero de la familia Vidal.

En entrevista para El Popular, diario imparcial de Puebla, Palacios Ramírez relató que cada pieza se realiza pensando en los que abandonaron el mundo de los vivos; por ello, lo considera como una de las tareas más valiosas que tiene en esta época del año.

“Para nosotros, es tradición recordar cada año a los muertos, y como panadero nos llegan a pedir hojaldras grandes para una persona grande, hojaldras pequeñas para un niño, que a la mejor por enfermedad o accidente llegó a morir. Para nosotros como panaderos es un gusto que la gente te agradezca por los panes.”

También nos cuenta que desde pequeño le resultó interesante la elaboración de Pan de Muerto; sin embargo, nunca pensó que esta tarea sería tan importante en su vida.

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“Yo cuando era niño sí creía que llegaban los muertos, y a veces me desvelaba pensando que vería algo, pero así uno crece con la fantasía de niño.”

En una ocasión que se celebraba el Día de Muertos, Palacios Ramírez no logró poner su ofrenda a tiempo, por la carga de trabajo que existe esa temporada. Llegó a su casa preocupado y pensando que no había hecho algo para la visita de su madre, que ya había fallecido.

Recordó que había un rebozo guardado que compró como regalo, pero que su madre ya no logró utilizar porque falleció. Tras preprarar la ofrenda, se quedó dormido, y en sus sueños apareció su madre, quien lo visitaba y le agradecía por el obsequio.

Para Isaías Palacios, el Día de Muertos no es una celebración como otras, ya que simboliza el encuentro entre los vivos y los muertos; es una nueva forma de convivencia con las personas que se adelantaron a la muerte.