Inclusión de personas sordas en Puebla avanza, pero aún es insuficiente

Actualmente hay una mayor difusión de la Lengua de Señas Mexicana e incluso una mayor intención de enseñarla y aprenderla por parte de la población.

La inclusión de las personas sordas o con alguna discapacidad auditiva en Puebla ha avanzado, pero aún es insuficiente, asegura el presidente de la Comisión de Jóvenes Sordos del Estado de Puebla (CJSEP) y de la sección juvenil de la Federación Mexicana de Sordos (Femesor), José Edgar Luna Rodríguez.

Luna Rodriguez explica en entrevista para El Popular, con el apoyo de la intérprete de Lengua de Señas Mexicana (LSM) Adriana Rendón González , que hace aproximadamente 15 años la población y las autoridades se mostraban muy indiferentes ante la comunidad sorda y pensaban que sus integrantes eran simplemente personas a las que únicamente se les tenía que asistir, por ejemplo, regalándoles aparatos auditivos. 

Además, no se interesaban ni un poco en conocer la Lengua de Señas Mexicana ni había intérpretes que fungieran como un puente de comunicación entre las personas con discapacidad auditiva y el resto de la población. 

En los últimos años esta situación ha cambiado, aunque a un paso lento. Según el presidente de la CJSEP, actualmente hay una mayor difusión de la Lengua de Señas Mexicana e incluso una mayor intención de enseñarla y aprenderla por parte de la población.  

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Además, ya es reconocida en algunas dependencias de gobierno la necesidad de contar con un intérprete; esto ha llevado, por ejemplo, al DIF o la Secretaría de Educación Pública a contar con una persona especializada que pueda realizar esa labor.

No obstante, aún hay mucho trabajo por hacer, señala Edgar Luna, en diversos ámbitos como el jurídico, el médico, el educativo, el laboral o el de los medios de comunicación; en los que, afirma, no hay un personal suficientemente capacitado para apoyar a la comunidad sorda en su inclusión. 

Esto debido a que no basta con que se cuente con un intérprete, también se requiere que éste tenga los conocimientos suficientes de dicha área o ámbito para que pueda ser un verdadero puente de comunicación.

Además, apunta Luna Rodriguez, en varias ocasiones las autoridades gubernamentales piensan que por tratarse de un tema de discapacidad el servicio de interpretación debe ser gratuito y quieren ahorrarse esos recursos. Esto impide que, por ejemplo, se realicen capacitaciones para padres de familia o para la población en general en las que se enseñe la LSM, lo que permitiría el surgimiento de nuevos intérpretes y una mayor inclusión para las personas sordas.  

Por otro lado, para algunas de las aproximadamente 60 mil personas con discapacidad auditiva, que según refiere Edgar Luna con base en datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI)viven en Puebla, el panorama es más complicado.

Para Edgar Luna, la distancia con la capital del estado influye mucho, pues entre mayor sea la distancia, menores son las oportunidades de las personas sordas para desarrollarse. En municipios del interior del estado, principalmente en las comunidades más alejadas, expone, hay casos en los que una persona sorda no tiene ninguna lengua, ni el español, ni la lengua de señas, pues no hay gente especializada que pueda acercarla a esos conocimientos.

La labor de la comunidad sorda en el cumplimiento de sus derechos

El avance para garantizar la inclusión y los derechos de las personas con discapacidad auditiva se debe  en gran parte al trabajo realizado por organizaciones como las que preside Edgar Luna.

“Por parte de nuestra asociación hemos estado trabajando muy duro sobre eso, sobre todo en difundir información para que la gente vaya conociendo lo que es la cultura sorda, la lengua de señas”, menciona Luna Rodriguez.

Además de difundir información sobre la cultura sorda y la lengua de señas, la Comisión de Jóvenes Sordos del Estado de Puebla (CJSEP) ofrece asesorías, conferencias y talleres para que familias y hasta plantillas laborales puedan sensibilizarse en este tema.

Por otra parte, Luna Rodriguez cuenta que con su organización se ha acercado al Congreso de Puebla para buscar que la Lengua de Señas Mexicana pueda ser reconocida como la lengua materna de las personas sordas y que de este modo las autoridades muestren un mayor interés en este aspecto y destinen más recursos para que con capacitaciones y sensibilización se logre la inclusión de esta comunidad.

La importancia de la LSM para la comunidad sorda

Según el Consejo Nacional para el Desarrollo y la Inclusión de las Personas con Discapacidad (Conadis), la LSM es “la lengua de la comunidad de sordos en México, y consiste en una serie de signos gestuales articulados con las manos y acompañados de expresiones faciales, mirada intencional y movimiento corporal, dotados de función lingüística”.

Para Edgar Luna el conocimiento de la Lengua de Señas Mexicana es fundamental para la inclusión de las personas con discapacidad auditiva. No sólo para que las personas sordas puedan comunicarse con otras personas, también para empoderarse.

Luna Rodriguez explica que el desconocimiento de la LSM puede provocar que las personas que viven con esta discapacidad no acepten esta condición y que como consecuencia no desarrollen su autoestima.

En su caso, cuenta, desde niño pudo tener contacto con otras personas sordas y con la LSM en conferencias, actividades deportivas, lo que le permitió reconocerse como una persona sorda y darse cuenta de que eso no tiene nada de malo y que podía hacer sus actividades por su cuenta, por ejemplo, estudiar la licenciatura en terapia de audición y lenguaje.

“Yo estoy muy orgulloso de mi condición. La Lengua de Señas Mexicana es mi idioma, y eso me hace sentir muy satisfecho”, expresa Edgar Luna.

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