Estudian molécula del organismo humano que bloquea todas las variantes del coronavirus
La investigación se centró en el análisis de la molécula MBL, por sus siglas en inglés, que tiene funciones similares a las de los anticuerpos.
Mientras Ómicron, la nueva variante del coronavirus, ya se extendió a 171 países, y provocó en los últimos siete días casi 21,7 millones de nuevos contagios a nivel global, una nueva investigación arrojó una conclusión esperanzadora respecto de la pandemia cuyo final parece no estar cerca. El estudio, que fue publicado en la revista científica Nature Immunology por un grupo internacional de investigadores coordinado por Alberto Mantovani y Cecilia Garlanda, de Humanitas, y Elisa Vincenzi, del Hospital IRCCS San Raffaele, descubrió que una molécula activa de la primera línea de defensa del sistema inmunológico es capaz de reconocer y bloquear la "proteína de la espícula" -el famoso "pico" del coronavirus- de todas las variantes conocidas del SarsCoV2, incluida Ómicron. La investigación se centró en el análisis de la molécula Lectina de Unión a Manosa (MBL, por sus siglas en inglés) que tiene funciones similares a las de los anticuerpos. Ésta se adhiere a la proteína pico del coronavirus y bloquea su ingreso al organismo.
Los autores del trabajo apuntan que la MBL es una molécula que forma parte de los “ancestros” de los anticuerpos. Al entrar en contacto con el SARS-CoV-2 lo neutraliza, sin importar la variante, es decir que es capaz de bloquear desde la forma del virus original hasta la cepa Ómicron. “Esta interacción puede resultar en opsonización, aglutinación, inhibición de la fusión viral y entrada o activación del complemento, lo que generalmente conduce a la inhibición de la infección”, señala la investigación. ¿Inmunidad innata? La inmunidad innata es la primera línea de defensa contra virus, bacterias y demás. Incluye células del sistema inmunitario que, con diversos mecanismos, atacan a los patógenos organizando una respuesta oportuna mientras esperan que el organismo se equipe para una defensa dirigida (inmunidad adaptativa), que se expresa a través de los propios anticuerpos. Sin embargo, también existe una parte de la inmunidad innata formada por moléculas circulantes a la que, entre otras, también pertenece la MBL. La investigación impulsada por la variante ómicron “Hace unos años identificamos algunos genes que forman parte de una familia de antecesores de los anticuerpos. Cuando nos enfocamos en estudiar la interacción de esos antecesores de los anticuerpos con el virus SARS-CoV-2 descubrimos que una de esas moléculas de inmunidad innata, la Lectina de Unión a Manosa (MBL), se une a la proteína de la espícula del virus y la neutraliza”, explicó Mantovani, uno de los coordinadores del estudio. Ante el surgimiento de la variante ómicron, los científicos decidieron ampliar el estudio de la estructura de la molécula. Tras la ampliación, el estudio continuó con la realización de análisis genéticos a partir de datos de pacientes internados, cruzados con bases de datos de todo el mundo. “Encontramos que las variaciones genéticas de la MBL están directamente relacionadas con la gravedad del cuadro de COVID-19 de cada paciente. Ahora hay que evaluar si esa molécula puede servir como biomarcador para orientar las decisiones médicas ante manifestaciones tan diversas y cambiantes de la enfermedad”, explicó Garlanda. Los investigadores subrayaron que el descubrimiento no pretende desacreditar las vacunas, al contrario, estas son vitales para proteger a la población. Y aclararon que en caso de que se desarrollara un fármaco a partir de estos resultados, ninguno “puede competir con una vacuna en términos de eficacia y sostenibilidad individual y social”. En dicha investigación participaron la Fundación Toscana Life Science, el Instituto de Investigaciones Biomédicas de Bellinzona, y la Universidad Queen Mary de Londres. |