Estoy haciendo el sueño de mi vida una realidad: Ricardo Arnaiz

Lo que más vale la pena es lo que más cuesta trabajo y vaya que me ha costado trabajo cada serie, cada película, cada proyecto con el que he trabajado.

Ricardo Arnaiz, es un emprendedor nato, despues de 13 años sin parar siendo parte de la creciente industria de la animación en México asegura seguir vigente gracias a que supo aprender de sus errores.

“No solamente sigo produciendo películas de animación, sino también ahora estoy por terminar mi primer documental y a punto de comenzar la preproducción de mi primera película de acción viva con actores reales”, aseguró el director, productor y escritor de películas animadas.

Animex, la emprea de animación digital, especializada en la producción de dibujos animados, fue creada por Arnaiz en el año 2000, convirtiéndose en una de la primeras empresas mexicanas en hacer películas y series de TV originales. Fue entonces cuando surgió uno de sus mayores éxitos: La Leyenda de Nahuala.

“Poco tiempo después y de manera paralela, impulsado por las mismas ganas de realizar el sueño, surgió Anime Studios, Huevocartoon y Metacube en Guadalajara, todos empezamos a apoyarnos y dijimos: ‘bueno si somos 2 o 3 cuates en esto, lo que menos tenemos que hacer es ser como cangrejos en una cubeta, echarnos la mano, apoyarnos, darnos tips, experiencias que hayamos tenido y aprender juntos de ello’.

 

 

¿Cómo te has rifado a emprender ese proyecto de animación y apostarle a tus sueños?

 

“Cuando quería ser director de cine todo mundo me cuestionaba. Cuando decía que quería ser director de cine de películas animadas, como no había habido ninguna desde 1973, era como un sueño imposible y me decían: ‘¿dónde vas a trabajar si quieres hacer eso?, ¿quién te va a dar trabajo?’, y la verdad, la respuesta no la tenía en ese momento.

El egresado de Diseño por la Universidad Iberoamericana de Puebla, cuenta en entrevista para El Popular, periodismo con causa, que lo común en ese entonces era buscar oportunidades de trabajo en Disney, Nickelodeon o Cartoon Network. sin embargo, él decidió romper el molde.

“Si nadie me da trabajo me voy a autoemplear, voy a hacer mi propia industria y mi propia empresa de dibujos animados, si no hay vamos a crearla’, lo cual es triple sueño guajiro, ya que parece imposible de lograr en un país donde, en ese entonces, no había referencias de animación y el cine mexicano se estaba esforzando por salir adelante”.

En ese momento, Arnaiz se contagió del gran trabajo, esfuerzo y de la gran capacidad de películas importantes como Amores Perros, Cilantro y Perejil, y de actores que estaban dando de qué hablar como Gael García, Diego Luna, Demian Bichir, Susana Zavaleta.

“Venía una fuerza imparable de ganas de hacer las cosas, de trascender, de hacer algo importante y fui afortunado de meterme en esa onda de entusiasmo y camaradería que se alzaba”, aseguró el poblano de 48 años de edad.

 

 

¿Cómo ha jugado el azar a favor o en contra de Ricardo Arnaiz?

“El azar, llámese la suerte o el destino, ha sido muy retador, cada vez que quieres hacer algo diferente o imposible, la vida te da ciertas pistas a seguir y te pone baches y topes en el camino. Mucha gente que tiene ese sueño y trabaja por ello, se topa de frente con un tope y se echa para atrás y dice ‘esto no era para mí’, porque queremos que todo sea fácil, sencillo, directo y muchas veces no creemos en nosotros desde el principio y al primer ´no’ o cerrado de puertas nos desanimamos, y no debe ser así”.

Para Ricardo, lo que más vale la pena es lo que más cuesta trabajo: “Cada serie, cada película, cada proyecto con el que he trabajado para hacerlo una realidad ha costado una increíble cantidad de trabajo, de esfuerzo, de sacrificios, de gente que confíe en uno para hacerlo posible”.

A sus 48 años de edad, Arnaiz pareciera incansable y con las mismas ganas de comerse el mundo que cuando empezó su carrera. Emocionado cuenta que ha estado involucrado en Anime Studios, proyectos propios e, incluso, ahora apoya a nuevos talentos de producción y escritura de guion, hasta ahora en nueve películas y vienen cuatro más en los siguientes años.

La gente cree que porque ya ganaste el Ariel o la Diosa de Plata, o has hecho una cierta cantidad de películas o seas conocido en el medio va a ser más fácil y creen que si yo quiero hacer una película tengo dinero guardado para hacer lo que quiera y la verdad es que no”.

 

 

¿Por qué apostar en la animación, por qué Ricardo Arnaiz decide apostar por este proyecto que ahora lo ha elevado a muchos niveles?

 

Para el creador de La Leyenda de la Nahuala (2007), Nikte (2009), La Revolución de Juan Escopeta (2011), Selección Canina (2015) y El Americano: The Movie (2016), es muy importante creer en la creatividad que tienen los mexicanos.

“Al no haber una industria mexicana, me di al reto de hacerla, de enseñar a una nueva generación a hacer animación cuando yo no sabía, yo nunca estudié nada de cómo se hace animación, todo lo aprendí echando a perder  y aprendiendo de los errores y haciendo las cosas, si nadie me dice cómo, si no puedo pagar una carrera de animación en el extranjero, pues yo mismo y ¿cómo?, pues en ese entonces en un cassette de VHS y poniendo pausa cuadro por cuadro, para entender el movimiento, aprendiendo de los grandes y empezando desde abajo.

“Es muy importante eso en mi vida, y es algo que recomiendo muchísimo, no ver un tutorial de Youtube y decir que ya eres animador sólo porque sabes animar, el chiste es empezar desde abajo y empezar lo más retador posible para lograrlo”.

Cuando Ricardo empezó con Animex en el año 2000,  se dio cuenta de que había un enorme talento en cantidad de mexicanos que querían hacer películas de animación, que querían ser parte de una industria nacida y creciente y eso lo entusiasmó “muchísimo”.

Cuando empezamos con Animex no había ni una universidad que tuviera siquiera un sistema de animación, cuando empezamos a hacer películas animadas en México, las universidades vieron que había un interés por parte de las nuevas generaciones por aprender industrias creativas, por crear proyectos y trabajar en estas empresas que ahora estamos generando películas y entonces fue muy bonito ver que casi todas la universidades estaban teniendo esa opción”.

Fue ahí cuando Arnaiz se dio cuenta que México es “un país altamente creativo, con una capacidad enorme de hacer sueños realidad, con ganas de trabajar, de creer en uno mismo y de hacer cosas diferentes”.

“Entonces, si traigo un proyecto no tengo que acudir a los mismos cinco animadores que tenía Anime Studios, sino puedo ir a las universidades y decirle a los chicos: ‘¿No quieres ser parte de una película o de una serie?’, y muchas ocasiones empiezan así y se quedan trabajando conmigo o en otros estudios”.

“Es parte de crear la industria y crea un círculo virtuoso y positivo que va creciendo, vamos creando nuevos talento, nuevos productores que quieren hacer animación, más escritores especializados en contar chistes y, ahorita, con la plataformas digitales y con cada vez más proyectos mexicanos en Netflix, en Amazon y en Paramount, la verdad es muy emocionante el punto en el que estamos como productores de cine y animación mexicana”.

 

 

¿Qué has perdido para poder lograr tus metas?

He perdido muchas cosas, amigos, confianza, porque es bien difícil poder garantizar que, a pesar de que entregues el corazón en un proyecto, sea todo un éxito. He perdido salud, he perdido mucho tiempo en tapar errores, en poder hacer las cosas bien cuando salen mal”.

El mejor ejemplo que nos puede dar Arnaiz de perder algo en el camino, fue con la  película El Americano The Movie, a la cual le invirtió más de seis años de su vida y resultó ser una de las películas más problemáticas a las que se ha enfrentado.

“Era mi sueño hacer una película con talento de Hollywood, después de hacer seis películas en México, quería hacer una película con los estándares de Hollywood, usar talento de ahí, quería ver por qué no se había hecho antes, era un nuevo reto, me tomó seis años el entender bien cómo era esa industria”.

“Logramos grandes cosas, una sociedad con Edward James Olmos, con Phil Roman, productor de los Simpsons, estar con talentos como Kate del Castillo, Adal Ramones, Alex Syntek, actores del lado mexicano, y del lado americano Lisa Kudrow de Friends, Eric Estrada, Rico Rodríguez y teneníamos un gran proyecto en nuestras manos, creímos que iba a ser infalible y durante ese tiempo le entregué todo: dinero, corazón, alma, una entrega total a ese proyecto y cuando salió, por diferentes razones no fue para nada el éxito que esperábamos. Tardamos mucho en estrenar, tomamos decisiones incorrectas, pero sobre todo hubo un enorme problema que estuvo fuera de nuestro control y esas cosas no puedes hacer nada contra ellas”.

“Fue una desilusión y fue otro tope enorme en mi vida para decir: ‘¿Quieres seguir adelante?’. Sin embargo, me tomó unos meses más y me di cuenta que la mejor manera de seguir adelante es trabajando y no claudicar, no dejar los sueños atrás. Eso fue lo que hice y gracias a eso sigo produciendo y sigo adelante con muchos sueños, haciendo películas de animación y ahora de acción y video documentales”, aseguró el también conocido como el Señor Productor.

 

 

¿Cuándo te has sentido en la cuerda floja?

“Al hacer algo tan retador como una película de animación, es un sentir forzoso y normal sentirse en la cuerda floja. Cualquier movimiento que hagas equivocado y decisiones de irte a la izquierda o a la derecha, estás apostando porque siga la cuerda por ahí y, en el peor de los casos, si te caes va a haber una alberca con agua para poder salirte, caerte y volverte a subir. Aunque floja (la cuerda), cuando sigues adelante, se hace estable y un reto rico, un reto padre de conquistar”.

Para Arnaiz, cuando te sientas en una cuerda floja, no queda más que seguir adelante y no quedarte ahí pensando en lo que puede pasar, “porque ese es el error que te hace caer. Lo mejor es continuar para que esto acabe de la mejor manera y puedas llegar del otro lado”.

 

¿Cómo sería para ti el mundo ideal para los emprendedores?

“Si fuera un mundo ideal, el gobierno debería dar grandes apoyos a proyectos cinematográficos, creo que cada estado debería estar haciendo una industria del cine y de la animación y las industrias creativas, como es el caso de Jalisco, que tiene grandes recursos, grandes apoyos, y han logrado traer producciones internacionales al estado. Hay muchos apoyos federales, pero el gobierno tiene una oportunidad enorme de impulsar la industria a otro nivel y no nada más nacional, sino también internacional”.

Para Ricardo Arnaiz, si estados como Aguascalientes, Puebla y Baja California, con tanto potencial que tienen, no sólo de creatividad, sino también de gente con altas capacidades de producción, audiovisuales y otras naturalezas como música, producción, animación, escritores, explotaran lo suficiente su talento y potencial se podría atraer turismo cinematográfico.

“Que vengan los productores, no solo de Hollywood sino de todo el mundo, y vean que en México se ofrecen todas la opciones a un costo más accesible y que hay gente dispuesta a trabajar arduamente, con un gran nivel de calidad, de profesionalismo y, sobre todo, de entrega”.

“Estamos dejando pasar una oportunidad enorme, muchísimo talento mexicano aún va al extranjero para hacer su sueño realidad, pero se convierten en una cola de león y en México tienen la oportunidad de ser cabeza de tu proyecto. Creo que si impulsáramos el talento mexicano en el extranjero con comisiones de animaciones bien preparadas, con presupuestos, con presencia internacional, viendo oportunidades, con visión, podría ser el panorama ideal para crear esta industria”, aseguró el también empresario.

 

¿Qué cambiarías en la sociedad para poder alcanzar tus metas?

Si Arnaiz tuviera una varita mágica o un genio de la lámpara, la utilizaría para que México despierte y se dé cuenta de que puede lograr grande cosas. “Dejaría de lado las redes sociales, el teléfono y me concentraría en crear y en hacer los sueños realidad con trabajo”.

“Cada vez que hago un proyecto, investigo más sobre nuestro país y las cosas maravillosas que tenemos: el territorio, el mejor clima del mundo, el tamaño de país comparado con países europeos… Y me da una tristeza enorme y una frustración decir que no estamos a la altura de cualquier otra potencia del mundo. Creo que la industria creativa, los soñadores, podemos hacer esa diferencia”.

Entonces mi varita mágica la pondría para que despertáramos y nos pusiéramos a trabajar y dejar atrás el ´no voy a poder´, eso nos arreglaría muchos problemas y eso no es una varita mágica, al final es una decisión”.

Como buen emprendedor, Arnaiz no se rinde ni pierde las ganas de seguir adelante con nuevos proyectos, inclusive con una carrera de más de 13 años,  cada día sigue siendo retador para él, sigue disfrutando mucho, incluso los problemas, “porque hay potencial y experiencia para salir adelante”. Él, por lo pronto, no se da por vencido. Sigue con sus proyectos de hacer más y mejor cine y, por si no fuera suficiente, incursiona en un nuevo giro comercial, pues muy pronto abriría un negocio de comida rápida en Puebla con su estilo muy particular.

 

 

  • URL copiada al portapapeles