Fortalecí cuerpo y espíritu, estoy lista para gobernar Puebla: Claudia Rivera

Reconoció que ser mujer, joven, no pertenecer a la política tradicional ni tener un apellido de abolengo le provocaron la aversión de la élite política.

Su nombre es Claudia Rivera Vivanco y no requiere mayor presentación. Según las encuestas, la expresidenta municipal de Puebla (2018 – 2021) es la líder política mujer más conocida del estado, pero también la que más negativos arrastra entre la población.

Su nivel de reconocimiento se debe a la exposición natural que ser la alcaldesa de la cuarta capital más importante del país le dio, pero también porque desde que en julio de 2018 fue electa presidenta municipal de Puebla ha sido incómoda para los grupos dominantes en el poder. 

Desde entonces, han intentado acabarla políticamente a través de campañas de desprestigio en su contra. Al principio, la señalaban por su forma de vestir, como cuando hizo una aparición pública portando unos tenis de color blanco, y después conforme avanzaba su gobierno, los ataques fueron más frontales, sobre todo cuando rompió relaciones con el gobernador Miguel Barbosa Huerta.

Rivera Vivanco reconoció en entrevista exclusiva con El Popular, periodismo con causa, que ser mujer, joven, no pertenecer a la política tradicional ni tener un apellido de abolengo fueron algunos de los elementos que le provocaron la aversión de la élite política. Antes de ser presidenta municipal, sólo había trabajado en el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), pero había sido una fuerte activista pro AMLO.

“Hay una resistencia al hecho de que las y los jóvenes ocupemos espacios y que las personas que no pertenecemos a una política tradicional, que no venimos de los apellidos conocidos como era en el pasado y que estábamos del lado de los ‘nadie’ lleguemos y ocupemos un lugar que era sagrado para unos cuantos”, declaró quien llegó a gobernar la ciudad de Puebla a los 35 años de edad.

La guerra sucia que le jugó el poder

Además, aseguró que tener principios e ideales fijos y la convicción de romper las viejas prácticas de la política tradicional, como denunciar y evidenciar las prácticas de corruptela, acabar con los privilegios de unos cuantos y distribuir los recursos hacia la población, terminaron siendo el detonante de la guerra sucia en su contra.

“Cuando se combaten -como me tocó hacerlo- los intereses particulares, los poderes fácticos, la corrupción de una manera tan frontal, evidentemente te encuentras adversarios y enemigos en el camino y muchísimas resistencias, pero lo que puedo asegurar y que me tiene muy tranquila, es que justamente fueron los principios que motivaron a un gran movimiento a nivel nacional que impulsa el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO)”, aseguró una de las fundadoras del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) en Puebla.

Si la historia ha sido justa con ella o no, a Rivera Vivanco no le quita el sueño, lo importante, dijo, es que ha podido mantener la dignidad intacta y que la ciudadanía puede sentirse orgullosa de “una hija de esta ciudad que pudo mantenerse firmepudo salir adelante y pudo cumplir con los compromisos de cara a la ciudanía”.

Con sus detractores sólo puede estar agradecida, pues por ellos salió más fortalecida, y aludiendo a una frase recurrente del presidente AMLO de la autoría del beisbolista estadounidense Babe Ruth, les dice que: “No se puede vencer a quien no se sabe rendir”.

Y ahonda en la frase: “Cuando tienes claro que el objetivo es un proyecto de nación, es algo mucho más grande que cualquier aspiración personal… y entonces tu lealtad, tu compromiso, tu convicción está completamente apostado a ello; eso me ha permitido al día de hoy no solamente ser un referente dentro de mi partido, a nivel estatal y nacional, si no también encabezar y tener el reconocimiento en esas encuestas de la ciudadanía y, sobre todo, al interior del estado”.

Barbosa Huerta y la pandemia, sus piedras en el zapato

Para Claudia Rivera “la verdadera transformación” de Puebla hubiera llegado si la relación con el gobernador Barbosa Huerta no se hubiera fracturado y si la pandemia de COVID 19 no se le hubiera cruzado en el último año de gobierno. Sin embargo, existen logros que ella resalta de su administración como el combate a la corrupción que dejó a la ciudad sin deuda pública, tener la mayor inversión en obra pública en acciones de justicia social y fortalecer las estrategias de seguridad para la construcción de la paz. Además de haber conformado el primer gabinete paritario. 

“Fue complejo desde el inicio, si en el caso de él (Barbosa Huerta) se hubiera comprometido un poco más con las causas que enarbola Morena y no en repetir las estrategias del pasado a las que el estaba acostumbrado, hubiera sido más fácil avanzar, hubiera sido realmente posible que llegara la transformación al interior del estado. En mi caso, si él no hubiera roto la comunicación hubiera seguido con la dinámica de buscar estrategias para que hiciéramos trabajo coordinado, como lo fue seguridad, pero él decidió terminar relación con el municipio y con la federación”, indicó.

Por lo pronto, Rivera Vivanco se siente lista para dar el siguiente paso en su carrera política: gobernar Puebla, pues durante los dos años posteriores a su administración al frente del ayuntamiento, tuvo tiempo para reflexionar sobre lo bueno y lo malo. Además, el haber fortalecido su espíritu y su cuerpo, le ayudaron a depurarse y fortalecerse.

“Me puse a entrenar, a sanar algunas heridas, sobre todo emocionales, porque fue una experiencia muy compleja; la violencia política de género que me tocó experimentar fue algo muy fuerte, muy brutal. El proceso electoral 2021 fue también un ejercicio de muchísima violencia y no solamente por un oponente, sino por una serie de oponentes que me tocó enfrentar en ese momento, pero al final tenía que hacer un ejercicio de depuración y fortalecimiento”, aceptó.

Lista para gobernar Puebla

En 2024, la morenista que en noviembre cumplirá 40 años edad se ve sirviendo a su estado, haciendo todo el esfuerzo para que “llegue por fin la transformación a la entidad poblana y con ello contribuir a la transformación a nivel nacional que se está dando”.

Ella no titubea. Rivera Vivanco está convencida que su nombre aparecerá en las boletas para contender para gobernar Puebla: “Hay una enorme posibilidad de que me toque contender por la gubernatura del estado de Puebla, yo no solo me siento preparada, sino estoy convencida de que daré lo mejor y lo haré muy bien en ese encargo”.

Sus negativos no le pesan; es más, ni siquiera los toma en cuenta. Para ella, la única estrategia que conoce es la que aprendió del presidente López Obrador: “dar la cara, seguir trabajando, hablar en todo momento con mucha sinceridad, con mucha honestidad, hacia la ciudadanía en función de lo que hicimos, de lo que logramos, de lo que nos faltó trabajar, de donde pudimos haberlo hecho mejor y volver a ofrecer ese compromiso; esa es la mejor estrategia”, reconoció.

El poder no le obsesiona, confiesa, y aunque su idealismo podría jugarle en contra una vez más, como ya lo hizo en el pasado, al romper relaciones con gente cercana, con funcionarios públicos o hasta con el propio gobernador por ir en contra de sus principios, también, ese idealismo, es su fuente de inspiración.

“Yo no aspiro a un cargo de elección popular, yo estoy inspirada en un proyecto de transformación que propicia identificar a perfiles que traigan convicciones, que traigan determinación y que estén convencidas de que la transformación de nuestro país es necesario”, dijo la militante de Morena desde 2015.

Al final, si no es ella la elegida, señaló que cerrará filas con quien sea que encabece el proyecto, porque “el proyecto es algo mucho más grande que sólo lo local y yo soy una persona institucional, por eso creo que las reglas del juego que ha puesto el partido, juego con esas reglas, respeto en todo momento a mis contrincantes, hago un juego limpio; esa es mi estrategia”

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