Trata, ciberacoso y robo de identidad: riesgos al usar apps de citas, señala IBERO
La IBERO destaca riesgos como trata, suplantación e ciberacoso en plataformas de citas. Recomiendan precaución y educación integral
La trata de personas, suplantación de identidad y ciberacoso son algunos de los riesgos más frecuentes al usar plataformas de citas, señala la Universidad IBERO. La institución educativa compartió que en el estudio El amor en tiempos de las Telecom de The Competitive Intelligence Unit (The CIU) se obtuvo que 14.7% de los entrevistados ha encontrado una pareja sentimental en una plataforma digital. De la cifra anterior, el 88.6% ha sido por medio de redes sociales o servicios de mensajería, mientras que el 11.4% por aplicaciones famosas como Tinder, Bumble o Grindr. Pese al popular uso de este tipo de aplicaciones, la maestra Ana Gamboa Muñoz, encargada del Observatorio de Violencia Social y de Género (OVSG) del Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría (IDHIE), opinó que estas plataformas suelen dejar a las personas y sus historias en segundo plano. “Las aplicaciones de citas pueden reducir a una persona a una fotografía o a tres renglones de lo que es. Eso se vuelve de alguna forma una ilusión; nos hemos puesto una máscara para vincularnos con ciertas limitaciones y desde ciertas fronteras”, expresó la maestra. Esta segunda identidad ha sido el parteaguas para algunos tipos de violencia digital que pueden escalar a la realidad: “Es importante identificar que este tipo de espacios han intentado cerrar las brechas de género en términos de estereotipos, pero no por eso van a estar libres de violencia”. Ana Gamboa aclaró que tampoco se trata de ponerles un adjetivo negativo a las aplicaciones, pero sí es importante preguntarse qué puede aportar a la vida de cada persona el formar parte de esas redes sociales. ¿Cómo evitar fraudes en apps de citas?La maestra dio algunos tips para mantenerse seguro al usar aplicaciones como Tinder y Bumble:
La Mtra. Gamboa Muñoz aseguró que no toda la responsabilidad recae en las y los usuarios, puesto que también es vital que el Estado garantice el acceso a una educación sexual integral que minimice riesgos |