Desde que obtuvo la candidatura al Senado, pareciera que Néstor Camarillo Medina, el expresidente del Comité Directivo Estatal del Partido Revolucionario Institucional (PRI), se convirtió en el rival a vencer.

Sus adversarios, así como los priistas que se fueron a Morena, lo señalan por haberse agandallado la candidatura por la cuota indígena y por terminar de sepultar a un partido que desde hace años está en franca decadencia, incluso con riesgo de perder el registro.

Sin embargo, para el priista de 36 años de edad, todo se trata de una guerra sucia en su contra, por que le es “incómodo” a muchos, sobre todo a los viejos cuadros que se creían dueños del partido.

“Le soy incómodo a mucha gente. Cuando llegué al partido no podían creer que alguien de un municipio, no como un Tehuacán, no como un san Martín, o no como la ciudad de Puebla, llegara al partido. Vieron mi avance muy rápido, fui alcalde a los 25 años, llegué al partido a los 32, no se les hacía justo a algunos y por grillas internas no les convenía mi llegada”, aseguró para El Popular, periodismo con causa, el oriundo de Quecholac, Puebla.

Ahora, Camarillo Medina no solo se ha quedado como líder de un partido sin representatividad y sin cuadros visibles, sino que también logró la candidatura por la primera fórmula del Senado, un nombramiento que le enorgullece por su trabajo, su lealtad y su disciplina.

“Yo también me lo gané y tampoco voy a decir que es un premio a mi sola lealtad, porque yo recorrí el estado estos cuatro años que voy a cumplir en el partido. Creyeron que mágicamente iba a llegar la posición por la edad que tenían en el partido o por la trayectoria… la tierra es de quien la trabaja, yo la trabajé. No es obra de la casualidad que haya llegado como candidato al Senado… claro que sí la merecía, claro que estoy muy orgulloso de mi trabajo y creo que ha sido valorado por el Comité Nacional y por eso se da la posición, también por la disciplina y por la lealtad”, explicó.

Los peores enemigos del PRI son los priistas

El problema de que el PRI se haya quedado, por ejemplo, sin representatividad en el Congreso local, aclaró, no fue ocasionado por él, sino por los militantes que fingían ser leales al partido tricolor y al ver que su candidatura plurinominal nunca llegó decidieron dar el salto a Morena.

“Yo asumo mi responsabilidad (por la salida de estos perfiles), entiendo que es un momento complicado…  pero como no hay tantas pluris y yo no las decido, pues ya me los eché como enemigos… Todos me chantajearon: ‘O nos das esto o nos vamos, o me das esta posición o me voy, o me das este apoyo o me voy’”, declaró quien estuvo al frente del PRI desde 2020.

Sin embargo, reconoció que son ellos, la militancia que finge estar en el PRI, los peores enemigos del partido, por eso, aseguró, están mejor sin ellos, porque solo estaban por conveniencia.

“Los que se quedaron son los más leales. Tuvimos gente, militancia o actores políticos que fingían estar con el PRI cuando el PRI les daba algo; estaban aquí por cargos y no por convicciones, hoy que no se les da, se van. Entonces fue fuera máscaras y pues cada quien que tome ya su camino”, indicó el diputado local con licencia.

Y remató: “Quien traiciona al PRI, quien es desleal al PRI, le es desleal a México, a su estado y a su familia. En política también se sabe que cuando un político ya no le ve dividendos a su partido por eso chapulinea, se cambia de partido, y muchos que ya no le ven los dividendos desde hace mucho al PRI o que le sacaron todo el provecho que le querían sacar, pues hoy simplemente se van”.

La renovación del PRI luego de las elecciones

Pese a la fuga de militantes que llevaban más de 40 años en el partido como Jorge Estefan Chidiac, Silvia Tanús Osorio e Isabel Merlo Talavera, Camarillo Medina se dice optimista sobre los resultados que las elecciones de 2 de junio traerán para su partido.

Su meta es conseguir medio millón de votos, 200 mil votos más que los que obtuvieron en las elecciones extraordinarias de 2019, donde la participación ciudadana fue muy baja.

“Para el PRI viene una gran renovación, estoy completamente seguro que esta elección sin duda va a marcar al partido en positivo, ya que en estos años tuvo una gran depuración y ya se quedaron los mejores perfiles y principalmente muchos jóvenes”, dijo.

Él, por lo pronto, promete dejar un Partido Revolucionario Institucional “con muchos alcaldes, con muchos diputados, federales y locales, un PRI con un senado ganado y con una votación que efectivamente demostró que no se cayó, que no perdió el registro”.

No solo la palabra de Néstor Camarillo está de por medio, sino también su futuro: “Ya lo había dicho en una entrevista, si el PRI pierde el registro yo me retiro de la política, porque efectivamente no serviría para esto”, concluyó.