Samuel Hernández anunció que realizará las acciones legales correspondientes por los agravios derivados de declaraciones falsas en su contra
La Sala Regional del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) declaró improcedente el juicio promovido por la regidora María Esther Ortiz Pérez contra su homólogo Samuel Hernández Carranza, a quien acusó de violencia política de género. Lo anterior, luego de que el Tribunal Electoral del Estado de Puebla (TEEP) declarara inexistente la infracción denunciada por Ortiz Pérez en relación con presuntas manifestaciones discriminatorias o con estereotipos de género. En desacuerdo con el fallo, la regidora interpuso una impugnación ante el TEPJF. Sin embargo, las y los magistrados federales determinaron que la queja era improcedente, al considerar que no había pruebas suficientes en el análisis de la denuncia presentada por la funcionaria. Ante esta resolución, el regidor Samuel Hernández Carranza anunció que, conforme a lo que establece la ley, realizará las acciones legales correspondientes por los agravios derivados de declaraciones falsas en su contra. Junto con Gabriel Biestro Medinilla, también regidor del Ayuntamiento de Puebla, Hernández Carranza fue señalado por una regidora de emplear lenguaje despectivo y ofensivo. Ante ello, la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Puebla (CDH Puebla) reconoció las conductas denunciadas como posibles actos de violencia política de género, por lo que emitió medidas cautelares dirigidas al Cabildo de Puebla. Según documentos obtenidos por El Popular. Periodismo con causa, la primera queja fue presentada el 3 de abril de 2025, en contra de Gabriel Biestro, quien además fue presidente estatal de Morena y exsecretario del Trabajo durante el gobierno de Sergio Salomón Céspedes Peregrina. Te puede interesar: Comisión aprueban Ley Casco; repartidores deben usar chaleco reflejante La segunda queja fue interpuesta el 4 de abril contra Samuel Hernández Carranza. En esta, la regidora denunciante afirmó que el funcionario se dirigía a ella “como si fuera un objeto y no una persona”, lo cual calificó como una agresión de carácter sexista.
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