Esta ley combate prácticas que, según especialistas en salud ocupacional, generan daños físicos a largo plazo.
La llamada “Ley Silla” en México tiene como objetivo garantizar que las y los empleados que realicen jornadas prolongadas de pie dispongan de un asiento digno para usar durante los periodos en los que no tengan que estar en movimiento. Esta normativa también establece multas para quienes incumplan con esta obligación. Esta ley combate prácticas que, según especialistas en salud ocupacional, generan daños físicos a largo plazo, como várices, dolores articulares, fatiga crónica, complicaciones circulatorias y lesiones en la columna vertebral.
¿A quiénes protege la Ley Silla?La Ley Silla obliga a las y los empleadores a proporcionar asientos adecuados a trabajadoras y trabajadores que se desempeñen en:
De acuerdo con la iniciativa y los dictámenes en discusión, la silla debe ser ergonómica, funcional y estable, con respaldo y una altura apropiada según las funciones que se desarrollen. También se prohíbe expresamente impedir que las personas empleadas se sienten durante los lapsos naturales de descanso, siempre que las tareas lo permitan. ¿Cuál es la multa por incumplir la Ley Silla?Las multas por incumplimiento de la Ley Silla en México se calculan en Unidades de Medida y Actualización (UMA). De acuerdo con la Ley Federal del Trabajo y criterios de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), las sanciones pueden ir desde:
Otras consecuencias del incumplimientoEn casos graves o de reincidencia, la STPS o autoridades laborales estatales pueden:
Además, las y los trabajadores pueden:
El incumplimiento de esta norma no solo afecta la economía del negocio, sino también su reputación, y puede generar procesos legales por violación de derechos laborales. Un paso adelante en derechos laboralesLa promulgación y aplicación de la Ley Silla representa un avance en la dignificación de los espacios laborales y en la protección de la salud física de millones de empleados y empleadas en México. Para quienes emplean, conocer y aplicar esta ley no solo es una obligación legal, sino una oportunidad para generar ambientes laborales más humanos y respetuosos, sin comprometer la productividad.
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