02 Noviembre 2025

Entre luces, danzas prehispánicas y el reflejo del fuego sobre la laguna, el Festival de la Luz y la Vida volvió a reunir a miles de personas en su edición número 29, consolidándose como una de las celebraciones más emblemáticas de Día de Muertos en México.

El evento, que simboliza el viaje de las almas hacia el Mictlán, contó con la presencia del gobernador Alejandro Armenta, quien encabezó la inauguración de la tradicional Ofrenda de las Mil Luces, una estructura monumental construida por estudiantes del CECyTE. “Chignahuapan merece prosperidad; esta nueva etapa debe ser de paz, armonía y progreso”, expresó el mandatario durante el recorrido por la calzada iluminada con velas y tapetes de aserrín.

La noche se llenó de color cuando cientos de asistentes participaron en la caminata de antorchas que partió del centro del municipio hasta la Laguna de Chignahuapan, escenario principal del espectáculo. En el agua se levantó una pirámide flotante de 400 metros cuadrados, donde se escenificó el paso de las almas al inframundo, acompañada por danzas, luces y pirotecnia que fusionaron tradición, cultura y espiritualidad.

 

El presidente municipal, Juan Rivera Trejo, destacó que el festival es resultado del trabajo conjunto entre autoridades, colectivos artísticos y la comunidad. “Estamos celebrando a lo grande, como pueblo y como familia; esto es posible gracias a la unión de todos”, señaló.

Te puede interesar: ¡No te lo pierdas! Habrá Videomapping por Día de Muertos en Catedral de Puebla

El espectáculo, que atrae visitantes nacionales y extranjeros, fue descrito por asistentes como una experiencia espiritual. “Es asombroso cómo los mexicanos mantienen viva la memoria de sus ancestros. Este festival va más allá de lo visual: es una conexión con la historia y el alma”, compartió Lidia Peñaloza, originaria de Venezuela.