Viernes 14 Noviembre 2025

Puebla atraviesa uno de sus momentos más críticos en materia de agua. Mientras la demanda del recurso crece y los municipios reportan mayores dificultades para garantizar el abasto, la red de infraestructura encargada de sanear y administrar el agua en la entidad se encuentra —en su mayor parte— deteriorada, inactiva o sin supervisión operativa.

Más de la mitad de las plantas de tratamiento no funcionan adecuadamente

Durante una revisión reciente del sistema hídrico estatal, José Luis García Parra, coordinador del Gabinete del gobierno del estado, advirtió que Puebla opera con un modelo profundamente debilitado. De las 156 plantas de tratamiento construidas en distintos municipios, la gran mayoría presenta daños severos, fallas constantes o abandono total.

La información presentada por García Parra detalla que:

  • 82 plantas están completamente abandonadas, algunas desde administraciones anteriores.

     

  • 74 plantas adicionales operan de manera deficiente, sin cumplir los parámetros mínimos de tratamiento de aguas residuales.

     

Esto significa que casi cuatro de cada diez instalaciones ya no funcionan y el resto trabaja con una eficiencia cuestionable, provocando descargas sin tratar, contaminación de ríos y un incremento sostenido en la presión sobre los cuerpos de agua naturales.

El deterioro no solo es técnico, sino también institucional. La evaluación estatal arrojó que la mayoría de los municipios no cuenta con una estructura formal para gestionar el servicio de agua potable y saneamiento.

De los 217 municipios poblanos, únicamente 27 poseen un organismo operador de agua, lo que deja al 90% del estado sin una entidad especializada para administrar redes, monitorear fugas, ejecutar mantenimiento o supervisar plantas de tratamiento.

García Parra subrayó que esta falta de capacidad municipal es uno de los factores más graves en la crisis hídrica, pues limita la atención de emergencias, la planeación de obras y la correcta operación de la infraestructura existente.

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Ante este panorama, el gobierno de Puebla adelantó que el problema hídrico será una de sus prioridades para el próximo año. Se prevé que en los próximos días se dé a conocer el Plan de Inversión 2026, el cual incluirá recursos destinados a:

  • Construcción de nuevos colectores pluviales

     

  • Edificación de plantas de tratamiento modernas

     

  • Rehabilitación de infraestructura ya existente

     

La administración estatal sostiene que la inversión será clave para frenar el deterioro y comenzar a reconstruir un sistema hidráulico que, por años, ha operado al borde del colapso.