Jueves 04 Diciembre 2025

La diputada Claudia Rivera Vivanco celebró la aprobación de la nueva Ley Nacional de Aguas, al afirmar que se trata de uno de los avances legislativos más relevantes de los últimos años, al garantizar que el recurso hídrico sea administrado como un derecho humano y no como un privilegio sujeto a intereses privados.

Durante la discusión en San Lázaro, la legisladora poblana sostuvo que la reforma “responde a una demanda histórica” que por décadas reclamaron colectivos, productores y comunidades rurales, quienes denunciaron el acaparamiento y la explotación excesiva del agua por parte de grandes corporativos. Rivera Vivanco aseguró que el nuevo marco legal “pone fin a prácticas que secaron regiones enteras del país”.

La morenista recordó que la ley no nació de manera improvisada, sino de un proceso que acumuló más de 200 foros, audiencias públicas en 13 regiones y mesas de trabajo con especialistas y sectores sociales desde 2008. Subrayó que el dictamen recoge esas voces y establece reglas claras para la planeación hídrica nacional, así como mayores controles para evitar abusos y corrupción.

Uno de los puntos que Rivera Vivanco destacó como centrales es el blindaje a los núcleos agrarios y a los sistemas comunitarios de agua, incluidos pueblos originarios. Según explicó, estos actores mantienen intactos sus derechos y quedan protegidos frente a cualquier intento de despojo o competencia desigual con empresas de gran escala.

En tribuna, la diputada también cuestionó a la oposición por difundir información falsa respecto al contenido de la ley. Sostuvo que los votos en contra evidencian una defensa de “intereses privados” y no de la población: “Quienes aseguran que esta ley perjudica al pueblo, o no la han leído, o no quieren que el país avance hacia un modelo justo de uso del agua”, afirmó.

Te puede interesar: SEDIF invierte 2 mdp para mejorar la atención en la Casa del Abue en Puebla

Rivera Vivanco agregó que la reforma refuerza el papel del Estado en la administración del recurso, cierra la puerta al acaparamiento y prioriza la seguridad hídrica del país. “El agua no tiene partido, pero sí destino: el bienestar de México”, concluyó.