Cómo hablar con tus familiares, amigas y otros conocidos de política sin terminar en pelea

No es rara para nadie esa escena en la que una comida familiar se transforma en una tragedia nacionalista.

Cómo hablar con tus familiares, amigas y otros conocidos de política sin terminar en pelea
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En ésta sociedad repleta de información y constante conversación sobre política, ya sea entre elecciones, partidos, candidatos, resultados y campañas, en muchas ocasiones es imposible conciliar las diferentes perspectivas que existen respecto ese tema. La política siempre genera discusiones acaloradas, ya sea entre propios y extraños. No es rara para nadie esa escena en la que una comida familiar se transforma en una tragedia nacionalista. 

Por ello es importante andar por el mundo sabiendo elegir tus propias peleas, pero si una de ellas no implica terminar discutiendo con tu amigo el filósofo de la facultad, te recomendamos los consejos del investigador argentino Bautista Logioco, especialista en diálogo y transformación de conflictos. 

Especialista en diálogo, transformación de conflictos y sostenimiento de la paz, el argentino Logioco es hoy consultor de diferentes agencias de las Naciones Unidas (ONU), organismos internacionales y gobiernos. Estuvo involucrado en temas delicadísimos como el proceso de paz en Colombia o en Liberia, así como la violencia social estructural en Centroamérica.

De acuerdo con el especialista, existen cinco breves ideas para tomar en cuenta respecto a la clásica sobremesa política tan conflictiva en tiempos de fervor ideológico. Se recomiendo acompañar con respiraciones profundas y pausadas. 

1.- "No buscar imponer nuestro punto de vista", primeramente. Funciona predisponerse a escuchar y tener como premisa el buscar entender mejor a tu interlocutor al conversar. 

2.- "Enfocarnos en el tema y no en la persona". En muchas ocasiones, los debates acalorados derivan en ataques personales, que en casi siempre se salen del tema que se estaba discutiendo, opacándolo. Podemos evitar el encono centrándonos en el tema.

3.- "No simplificar temas que por su naturaleza son complejos". Cuando simplificamos invisibilizamos puntos de vista, esto nos evita tomar en cuenta ángulos e ideas que facilitarían nuestro entendimiento con nuestros semejantes.

4.- "Entremos  al diálogo en pie de igualdad", buscando auténticamente entender el punto de nuestro interlocutor y por qué piensa como piensa. Pareciera obvio, pero pocas veces somos capaces de ponernos a la altura de los demás y mucho menos, en los zapatos del otro.

5.- "Hablar sin obstáculos", tanto simbólicos como físicos. "El momento y la predisposición física son claves para entablar un diálogo". Es mejor distribuir las sillas en una reunión de manera circular, por ejemplo. Evitar en lo posible que mesas obstaculicen el contacto. También sirve mantener las conversaciones serias mientras se realiza un paseo tranquilo por la calle con quien nos importa hablar.

Estos son los puntos que el negociador sudamericano recomienda. 

“No hay que buscar convencer, no hay que buscar ganar, no hay que buscar llegar a un acuerdo. La familia y los amigos no son una negociación. Lo que debemos buscar es la certeza de que vamos a salir transformados”, concluye.