No buscan justicia, solo paz: Líder de Madres Buscadoras de Sonora pide a los cárteles que les permitan buscar a sus hijos
Dada su labor de encontrar fosas clandestinas donde son dejados cientos de cadáveres por parte del crimen organizado, su vida corre peligro.
La líder y fundadora del colectivo Madres Buscadoras de Sonora, Cecilia Patricia Flores Armenta, hizo una petición a través de redes sociales dirigida a los jefes de los cárteles que tienen presencia en ese estado. ¿Su objetivo? Que tanto a ella, como a las demás madres, se les permita buscar a sus hijos desaparecidos aunque no haya justicia por sus muertes. Cecilia Flores lleva años buscando a sus dos hijos: Alejandro Guadalupe, desaparecido el 30 de octubre de 2015 y Marco Antonio, desaparecido el 4 de mayo de 2019. Fue durante este fin de semana que la mujer publicó un video a nombre de las Madres Buscadoras de Sonora para pedir a jefes como Rafael Caro Quintero y los Salazar, que les permitan ingresar al estado para continuar la búsqueda de sus desaparecidos sin que las maten o las amenacen. Te puede interesar: La discriminación como obstáculo en la búsqueda de desaparecidos En su mensaje, Cecilia comentó que fue desplazada de Sonora y actualmente está en un programa de protección -como los que se aplican a periodistas y defensores de derechos humanos-. Aseguró que Madres Buscadoras de Sonora no es un colectivo que en este momento busque culpables, pues su prioridad no es que haya justicia contra los responsables de la desaparición de sus familiares. Lo único que quieren es tener paz al saber dónde están. “Tengo la necesidad de seguir buscando a mis hijos. Por lo cual, me veo en la necesidad de pedirles a ustedes, los jefes de los cárteles de Sonora, Salazar y Caro Quintero y demás líderes, que no nos maten, que no nos desaparezcan, que no nos amenacen, que nos dejen seguir buscando a nuestros hijos, que no buscamos culpables, no buscamos justicia, lo único que queremos es traerlos de vuelta a casa“. Este es sólo uno de muchos colectivos que buscan personas desaparecidas en el país y que no reciben de las autoridades la ayuda o protección suficiente como para no temer por sus vidas. En 2020, Aranza Ramos, activista e integrante de este colectivo, fue amenazada y asesinada a unos metros de su domicilio el 15 de julio.
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