Sala Bruja, el espacio para compartir saberes

Sus fundadoras Belegui Enriquez y Mariana Quechol decidieron que podrían crear un espacio de coworking para desarrollar proyectos para la comunidad

Sala Bruja, el espacio para compartir saberes
David Ruiz Sala Bruja, el espacio para compartir saberes

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En la capital poblana existen lugares donde puedes acudir y ofrecer tus productos y servicios si eres emprendedor o realizas exposiciones. Sin embargo estos sitios suelen tener un costo de recuperación elevado y cuentan con una serie de requisitos que los jóvenes emprendedores no pueden costear y cumplir fácilmente. Ante esta necesidad de emprendimiento socialmente responsable nació Sala Bruja, un espacio que , a decir de sus creadoras, es para crear amistades y compartir saberes. 

Sala Bruja nació como una extensión de Veinte.20 Comunicación Solidaria, empresa que se dedica a la creación de contenido para empresas poblanas. Sus fundadoras Belegui Enriquez y Mariana Quechol decidieron que podrían crear un espacio de coworking para desarrollar proyectos, dar talleres, y hasta impulsar redes de apoyo para la comunidad. 

En este sentido, Belegui Enriquez comenta que la idea surgió de manera espontánea, pero con toda la convicción de apoyar a las y los poblanos a expandir sus ideas y emprendimientos. 

“Teníamos un espacio, y queríamos compartirlo con gestores culturales, artistas, profesionistas, talleristas, músicos de todo tipo. Queríamos compartirlo con ellos para ofrecer otras alternativas culturales”, explicó. 

Desde dar talleres, presentar libros o revistas, y hasta dejar tus productos en las instalaciones de la sala para que tus compradores tengan un lugar accesible para acudir y adquirir los productos, o simplemente un lugar para ir a trabajar de manera tranquila y segura. 

 

 

 

¿Cómo funciona Sala Bruja? 

Todos los espacios de coworking o salones para poder impartir un taller tienen algo en común; todos cuentan con tabuladores de precios. Es decir este tipo de espacios se mantiene gracias al pago que realizan quienes rentan por hora, días o semana. 

Mariana Quechol, cofundadora, explicó que la Sala Bruja es la excepción, pues al ser un espacio que pretende apoyar a la comunidad poblana, entiende que a veces pagar una cantidad fija es imposible. Es por eso que las creadoras del espacio decidieron no generar tabuladores y hasta promover el trueque. 

“En este sentido de hacer un espacio solidario decidimos que la misma manera de manejar la economía del espacio fuera solidaria. Por lo que, permitimos que las personas que usen la sala tengan la opción no solo de pagar en efectivo, si no que puedan decir hacer un trueque de algo que tengan en sus casas, de algo que quieran deshacerse o bien horas de trabajo. Dar más alternativas para no limitar el préstamo del espacio”, explicó.

Mariana comentó que la sala creció gracias al apoyo de amigas que comenzaron a usar la sala y a promoverla de boca en boca. Explicó que al ser mayor el número de mujeres que solicitaban usar la sala se ha convertido para promover las causas feministas, sin embargo están abiertas para apoyar a la comunidad en general sean mujeres u hombres. 

La Sala Bruja es reciente, sin embargo en el lapso de un año, ha logrado impartir más de 10 talleres, clases de yoga, hasta clases de francés. Esta se encuentra en el centro histórico, en el Barrio de Santiago 15 poniente 1304.