Mitos y realidades sobre el Trastorno del Espectro Autista
Hay diversidad dentro del espectro autista, las personas con este trastorno pueden tener un buen rendimiento en ciertas habilidades
El 2 de abril se conmemoró el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, instituido por La Asamblea General de las Naciones Unidas desde 2008, con la intención de construir una sociedad más respetuosa e incluyente con las personas autistas. En su manifiesto de 2023, la ONU declaró: “Hemos abandonado la idea de curar o convertir a las personas con autismo para centrarnos en su aceptación, apoyo, inclusión y la defensa de sus derechos” El Trastorno del Espectro Autista (TEA) es una condición neurobiológica que afecta la configuración del sistema nervioso y al funcionamiento cerebral. Esta condición acompaña a la persona a lo largo de toda su vida y afecta fundamentalmente dos áreas del funcionamiento personal: la comunicación e interacción social, y la flexibilidad del comportamiento y del pensamiento. Lee también: “Desaparecer el INAI sería una regresión en la transparencia”: Blanca Lilia Ibarra Para informar más a la sociedad sobre esta condición, El Popular, periodismo con causa buscó a la especialista Ana Shizue Aoki Morantte, neuropsicóloga y académica de la UNAM, quien en entrevista explicó qué tan ciertos son algunos datos que se han pasado de voz en voz sobre este trastorno.
No. El TEA es una condición del desarrollo y se trata de una serie de características con las que nace una persona y que tendrá a lo largo de toda su vida.
Se pueden dar diagnósticos de personas con TEA que incluyen alteraciones a las habilidades sociales, carecer de lenguaje oral, o no tener contacto visual pero esto varía de persona en persona.
Hay diversidad dentro del espectro autista ante las evaluaciones cognitivas. Las personas con este trastorno pueden tener un buen rendimiento en ciertas habilidades, así como rendimiento inferior a lo normal en otras. Según datos de la catedrática, algunas personas con TEA pueden memorizar cosas visualmente, o tener un oído muy fino, pero eso también varía de persona a persona y también depende del apoyo que se le de a la persona a lo largo de la vida con sus respectivos síntomas. Lee también: Funcionarios poblanos (y otros) que libran la prisión preventiva
La maestra Ana Shizue dice que es muy común que las personas busquen un diagnóstico cuando ya son adultas, debido a que hasta que ya están inmersos en la vida laboral tienen problemas para relacionarse en sociedad, y por ello buscan obtener este diagnóstico para tratar de entender su comportamiento.
Según algunas estadísticas se decía que había una proporción de cuatro varones por una niña diagnosticados, mientras que otras incluso estiman la proporción de seis niños por una niña, sin embargo, según la explicación de la maestra Aoki, esto se debe a la sociedad en la que vivimos, ya que es más frecuente que a las niñas se les impulse más a que se comuniquen y a tener interacción con los demás, a diferencia de los niños. Este tipo de educación a raíz de la cultura hace que las niñas aprendan a “enmascarar” sus síntomas de TEA, por lo que su diagnóstico puede pasar desapercibido hasta la vida adulta.
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