Asexualidad, una identidad sexual que rompe los moldes

Eloisa Drini tiene 23 años ahora y se identifica como una persona trans no binaria y asexual.

A medida que Eloisa llegaba a la pubertad y la adolescencia, se dio cuenta que sus experiencias en el sexo y el amor no coincidían con las narrativas convencionales. Particularmente no se sentía identificada cuando hablaban de la atracción sexual como una experiencia universal o como una necesidad biológica. A los 14 años escuchó por primera vez el término asexual y supo que ese concepto sí podría coincidir con sus experiencias de vida. 

Eso fue hace nueve años, y entonces la información sobre la asexualidad era poca y estaba en inglés. En Yahoo respuestas encontró más información leyendo las experiencias de muchas otras personas que respondieron con libertad sobre el tema. 

De acuerdo con la organización estadounidense Planned Parenthood, la asexualidad es una orientación sexual en la que las personas no experimentan atracción sexual primaria, es decir que no se sienten atraídas sexualmente por nadie y no actúan por deseo sexual.

Contrario a lo que se podría enjuiciar, la asexualidad no se trata de abstinencia sexual (no se decide), ni de una simple falta de deseo para experimentarlo (no es desinterés o apatía), sino que es una orientación sexual válida e invisibilizada durante mucho tiempo, pues la cultura actual da por hecho que todas las personas son sexuales y le adjudica un gran valor a lo que está sexualizado (la pornografía, lo sensual, el deseo como lujuría, etc.). 

Desmontando mitos y combatiendo la discriminación 

Eloisa Drini tiene 23 años ahora y se identifica como una persona trans no binaria y asexual. Además, ella ha asumido un papel activo en la defensa de la asexualidad y la desmitificación de los conceptos asociados.

A través de su trabajo en distintos campos como la bicimensajería, la revisión de textos, la gestión colectiva en Somos fuego y el acompañamiento en casos de siniestro vial a personas en bicicleta, Eloisa ha encontrado voz para comunicar movimientos sociales y para compartir su experiencia como persona asexual y trans no binaria.

Drini explica que la asexualidad es una orientación sexual dentro de las disidencias sexuales, en la cual una persona no experimenta atracción sexual hacia otras personas. Sin embargo, esto no significa que carezcan de atracción en otros sentidos, ya que también existe la atracción romántica y otros tipos de conexiones emocionales, lo cual implica vivir la atracción sexual de una manera diferente a lo que la normatividad establece.

Uno de los mitos más comunes sobre la asexualidad es pensar que se vive porque hay una enfermedad, es decir, se patologiza. 

“Se nos ha psiquiatrizado de una manera muy densa o se nos ha invisibilizado. Cuando una persona se dice asexual, otras hacen comentarios como: ¿No te has checado en la cuestión hormonal? o ¿no crees que sea un tema de depresión? pero son cosas totalmente diferentes. Creo que es muy necesario escuchar más y asumir menos por las otras personas”. 

En cuanto a la discriminación, señala que existe la acefobía, la cual es una forma de prejuicio tan nociva como cualquier posición de odio como la homofobia o la transfobia. 

“He llegado a encontrarme en espacios disidentes donde comparto mis experiencias, un caso fue cuando la persona que organiza la Marcha del Orgullo APPS me dijo que la asexualidad es una cosa transitoria [invalidando la vivencia]”, cuenta Eloisa, aunque también ha recibido comentarios aún más explícitamente violentos, como “yo te quitare lo asexual, haciendo mencion genuina a la violación”.

La acefobia también está presente en el personal del sector salud, lo que representa un gran problema de acceso a la salud sexual para las personas asexuales. 

“El tema de la salud ha sido difícil porque soy una persona trans no binaria, entonces el recurrir a servicios de medicina siempre ha sido una situación complicada, me genera mucha ansiedad. Las personas que ejercen la medicina invalidan o legitiman discursos de acefobia. No es el único lugar donde he vivido grandes retos, pero si uno de los más dolorosos, porque una tiene que ir buscando de manera muy profunda para ver si encuentra a alguien que sepa del tema y sea una persona empática”.

Comunidades de integración asexual

Compartir las experiencias con la comunidad para combatir estigmas, prejuicios y violencia, así como buscar espacios para converger es fundamental para las personas asexuales, ya que descubrirse fuera de la normatividad requiere de apoyo y entendimiento. 

En Puebla hay una comunidad con casi 50 personas en el grupo Poblanes en el espectro ace en Instagram, así como en Asexuales México y América Latina, donde se comparte información del tema para entenderlo mejor. 

De acuerdo con Eloisa, es importante mantener una postura combativa y pedagógica, fomentando la educación y desmontando los prejuicios a través del diálogo, ya que, de lo contrario, estas personas continuarán enfrentando desafíos en la sociedad, y su sexualidad permanecerá invisible, perpetuando prácticas de exclusión. 

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