La BUAP, a través del innovador proceso desarrollado por la doctora Griselda Corro Hernández del Instituto de Ciencias de la BUAP (ICUAP), ha logrado un avance trascendental en la producción de biodiésel, marcando un hito en la tecnología mundial.

Por primera vez, la universidad puede generar aproximadamente 300 litros de biodiésel en tan solo dos horas, marcando el inicio de su fase de comercialización.

Este proceso ecológico se lleva a cabo en la planta piloto del Ecocampus Valsequillo y ha experimentado un crecimiento sorprendente. En 2019, tenía una capacidad de producción diaria de 200 a 250 litros, mientras que en sus inicios en 2010, se limitaba a pruebas en un matraz de laboratorio.

Una de las ventajas más destacadas de este logro es su costo económico. Mientras que el precio del diésel comercial en Puebla ronda los 23 pesos por litro, en la planta de la BUAP, el biodiésel se produce a tan solo 15 pesos por litro, lo que representa un ahorro significativo de ocho pesos por litro.

A futuro, se espera reducir aún más este costo, ofreciendo el biodiésel a 11 pesos por litro.

Además del ahorro económico, este biodiésel no emite gases tóxicos cancerígenos ni efecto invernadero, a diferencia del diésel comercial. Esto es crucial para la reducción de la contaminación atmosférica, ya que los gases tóxicos generados por el transporte representan el 80% de los contaminantes atmosféricos.

La innovación radica en el proceso electrocatalítico para producir biodiésel sin necesidad de inversión en energía eléctrica. Esto es posible gracias a los materiales desarrollados en el Laboratorio de Catálisis y Energía del ICUAP, que aceleran los procesos químicos mediante la energía solar.

La materia prima para la producción es el aceite quemado, que se obtiene a través de donaciones de restaurantes y lugares que desechan aceite de frituras. Esto permite reutilizar el aceite en lugar de verterlo en el drenaje, evitando la contaminación.

Se necesitan 280 litros de aceite quemado para producir 300 litros de biodiésel en dos horas, logrando una eficiencia del proceso de más del 100%.

El biodiésel producido en la BUAP tiene diversas aplicaciones, desde la generación de electricidad hasta su uso en motores diésel sin riesgo de daños. Puede mezclarse con diésel comercial y utilizarse en vehículos como tractores o autobuses.

También es una alternativa para el calentamiento de calderas en lugar de utilizar petróleo, y puede recargar baterías de autos eléctricos.

Esta innovación, que ya ha sido patentada, desafía la percepción de que los biocombustibles son costosos en comparación con los combustibles fósiles.

La doctora Griselda Corro Hernández, investigadora de renombre, ha demostrado que es posible producir biodiésel asequible y sostenible, contribuyendo así a la preservación del planeta.