33% de las personas intersex ha experimentado violencia psicológica

La ENDISEG reporta una de cada 67 personas en México es intersexual, lo cual equivale a cerca de 1.5 millones de personas en el país

Una de cada tres personas intersex ha experimentado insultos, burlas u ofensas durante su infancia, lo cual se adscribe dentro de la violencia psicológica, así lo refiere la Encuesta Nacional sobre Diversidad Sexual y de Género 2021 (ENDISEG).

Lo anterior representa 10.2 puntos porcentuales más que los vividos por la población no intersexual, pues 33% de las personas intersex indicaron haber sufrido este tipo de violencia, contra el 22.8% de quienes no lo son.

Datos del Diagnóstico para identificar las necesidades de la población LGBTTTI del municipio de Puebla en materia de derechos humanos, elaborado por la Secretaría para la Igualdad Sustantiva de Género, señalan que el 2% de la población capitalina se identifican como intersex.

Por otro lado, la ENDISEG reporta una de cada 67 personas en México es intersexual, lo cual equivale a cerca de 1.5 millones de personas en el país con variaciones congénitas en las características sexuales.

Al tomar en cuenta dicha cifra, significa que 500 mil personas intersex han sufrido insultos, burlas u ofensas durante su etapa infantil.

¿Qué es la intersexualidad?

Para comprender la letra “I” de las siglas LGBTTTI es importante saber que el término “intersex” o “intersexual”  se refiere a las variaciones congénitas –es decir, que se presentan durante el periodo de la gestación– en las características sexuales de las personas.

Estas variaciones pueden darse a nivel cromosómico, hormonal o anatómico, y pueden ser identificadas desde el momento del nacimiento o hasta la pubertad, con el incremento en el tamaño del pene o las mamas.

Ello significa, de acuerdo con la Agencia de la Unión Europea para los Derechos Fundamentales, que dichas características sexuales no coinciden con las definiciones médicas ni la concepción social de los atributos masculinos y femeninos.

Concepciones erróneas sobre la intersexualidad

Aunque es una concepción común, la intersexualidad no es una enfermedad, patología ni malformación genética. 

Si bien durante años eso ha sido una idea arraigada entre la comunidad médica y la sociedad en general, la realidad es que las personas intersex pueden crecer y desarrollarse de forma completamente normal sin la necesidad de someterse a tratamientos quirúrgicos que las encasillen dentro de la concepción binaria de la sexualidad.

Además, y pese a formar parte de las siglas LGBTTTI, cabe señalar que ser intersex no determina la orientación sexual ni la identidad de género, por lo cual no es equivalente a tener orientaciones sexuales o identidades de género no normativas.

Al respecto, de acuerdo con el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED), nueve de cada 10 individuos pertenecientes a este grupo han expresado ser heterosexuales y cisgénero –es decir, que su sexo asignado al nacer coincide con su identidad de género–.

Violencia experimentada por personas intersex

Al formar parte de una sociedad que tiene un concepto binario de la sexualidad, incapaz de admitir un estado que se sale de la norma, la comunidad intersex se ve expuesta a diferentes tipos de violencia y a la violación de sus derechos fundamentales; ello ha sido un problema invisibilizado durante mucho tiempo.

En cuanto a la violencia, la ENDISEG 2021 señala que el 21.8% de las personas intersex declaró haber sufrido discriminación durante el año previo al levantamiento de la encuesta. Ello, en comparación con el 13.7% señalado por la población no intersexual.

Además, el 30% de las personas pertenecientes a este grupo reportó la negación injustificada de al menos un derecho, ya sea laboral, de salud u otro.

Asignación de sexo al nacer

Un tipo de violación de los derechos fundamentales de las personas intersex se relaciona con la asignación de su sexo al nacer.

Según los resultados de la Encuesta Intersex 2020, realizada por la Conapred y la Secretaría de Gobernación, el 40% de las personas cuyo sexo asignado fue masculino actualmente se identifican como mujeres.

Por su parte, el 24.5% de aquellas personas que fueron asignadas el sexo femenino se en realidad se identifican como hombres.

Esta discrepancia entre el sexo y la identidad de género se debe al sometimiento de los bebés, infancias o adolescencias intersex a cirugías cuyo objetivo es “normalizar” sus cuerpos.

Así, se feminizan o masculinizan las características físicas de las personas sin su consentimiento.

Cirugías de asignación de sexo

Respecto a lo anterior, la Encuesta Intersex revela que cuatro de cada 10 personas reportaron haber tenido un procedimiento médico invasivo para designarles un sexo, ya sea masculino o femenino.

Entre estas personas, el 22.4% señaló que la cirugía ocurrió durante su primera infancia, 24.5% en la infancia, 30.6% en la adolescencia y 22.4% entre los 18 y 30 años. 

De esa forma, es posible observar que casi el 50% de los casos ocurrieron en la niñez, durante una edad en la que existe falta de consentimiento e información respecto al procedimiento al que serán sometidas las personas, pues la decisión es tomada por el personal médico y aceptada por los padres.

33% de las personas intersex ha experimentado violencia psicológica
33% de las personas intersex ha experimentado violencia psicológica

Con base en lo anterior, en la misma encuesta se revela que en seis de cada 10 casos no se contó con el consentimiento de la persona afectada.

Asimismo, además de ser en su mayoría cirugías estéticas realizadas para conformarse a la norma social, en algunas ocasiones dichos tratamientos llegan a afectar la funcionalidad de los órganos.

Por ejemplo, el 26.7% de las y los encuestados considera que estos procedimientos han afectado su capacidad de experimentar placer sexual, y 33.3% mencionaron tener problemas de salud asociados ya sea a las cirugías o tratamientos hormonales a los cuales se han visto sometidos.

En el Día de la Solidaridad Intersexual, es importante visibilizar las experiencias y lucha enfrentadas por esta comunidad, pues el derecho de decidir sobre nuestros cuerpos debe ser universal.

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