Victoria, la primera bebé nacida por fecundación in vitro, cumplirá 40 años este mes

Victoria Anna Perea nació un 12 de julio hace 40 años en la clínica Dexeus de Barcelona y fue la primera persona en España en nacer tras un proceso de fecundación in vitro (FIV). Los medios de comunicación de todo el país corrieron a contar este histórico suceso de la ciencia y siguieron retratando su crecimiento hasta hoy.

En una entrevista telefónica que brindó a El País, Victoria contó que uno de los recuerdos más frecuentes que tiene de su niñez es ver a periodistas en su casa tomándole fotografías.

“Desde que tengo recuerdo, en los cumpleaños venían periodistas a casa. Mis padres me decían que era porque había nacido de una forma especial. Y cuando fui creciendo, lo fui entendiendo. Siempre lo hablamos con mucha naturalidad”.

Su nacimiento fue el parteaguas de una disciplina que, tras 40 años de desarrollo y 12 millones de niños nacidos a partir de ella, ha alcanzado técnicas menos invasivas, procedimientos más efectivos y un giro en el perfil de las pacientes.

Pedro N. Barri, presidente de la Fundación Dexeus Mujer y responsable del equipo del servicio de reproducción que logró el primer nacimiento por fecundación in vitro (FIV) en España, asegura que este avance en la medicina “fue una convulsión” para la sociedad.

“En aquel momento se generó una especie de procreación espectáculo. Era un tema de salud que cambiaba una cosa muy tradicional, que era la forma de reproducirnos los humanos. Estábamos planteando un tratamiento médico a un problema médico [la madre de Perea, como la de Brown, tenía problemas en las trompas de Falopio que impedían el embarazo], pero hubo que razonarlo muy bien. La única manera de desmontar la procreación espectáculo era explicarlo mucho”, relató Pedro N.

Tanto la reproducción asistida como el perfil de las pacientes ha ido evolucionando con el paso de los años, pues en los inicios, se trataba de mujeres de unos 35 años, con pareja, que acudían por problemas en las trompas de Falopio que impedían la gestación.

Actualmente, la edad media ha avanzado hasta los 38 años —el 50% de sus pacientes tiene más de 40, cuando en 1995 este perfil solo era el 11%— y la principal causa de estos tratamientos es la edad materna tardía, que dificulta también el embarazo, eso sin contar que hay más mujeres que quieren ser madres solas y parejas lesbianas que desean maternar y por eso recurren a esta técnica.

Victoria Anna Perea, con 40 años de edad, es el espejo de una generación que ha retrasado la edad de maternidad.

“Lo vivo como una contradicción. Soy el resultado de un caso de éxito, pero también tengo ejemplos en mi entorno cercano en los que no siempre sale bien. Soy la cara feliz, pero es un proceso duro, física y emocionalmente. Yo no soy madre de momento, me lo planteo, pero como muchas personas de mi generación, lo retrasamos”, relató.

A punto de cumplir los 40, Perea cuenta que mantiene buena relación con Barri y la bióloga Anna Veiga, sus padres científicos.

“Es una relación muy estrecha. Anna es como una tía para mí”, dijo Victoria sobre Veiga; de hecho, su segundo nombre es en su honor.

Aunque cada vez la reproducción asistida se ha normalizado, todavía arrastra controversias en algunos puntos. Como el acceso a estos procedimientos, pues en el caso de España está dentro de la cartera de servicios pública, pero hay largas listas de espera y la mayoría de tratamientos se hacen en la red privada.

Los trasplantes de útero son el último gran avance en el campo de la fertilidad, una técnica innovadora que, aunque no ha estado libre de controversia, ha permitido embarazos en mujeres que carecían de este órgano. De hecho, el año pasado nació el primer bebé en España por este procedimiento en el Hospital Clínic de Barcelona