El auge de los bazares alternativos en Puebla

En los últimos años, Puebla ha visto un notable aumento en la presencia de bazares alternativos. Cada vez es más común observar a emprendedores que, buscando un ingreso extra o un cambio de carrera, optan por desarrollar su propio negocio a través de estos espacios.

La cultura de los bazares y mercados en Puebla está en pleno crecimiento, siendo bien recibida tanto por los emprendedores como por los consumidores, quienes buscan productos originales y exclusivos. Estos espacios ofrecen una plataforma para que los pequeños negocios exhiban sus creaciones y generen conexiones directas con los clientes.

Según datos del INEGI, el Valor Agregado Bruto (VAB) de la economía informal en Puebla aumentó un 4.1 %, lo que ha impulsado el crecimiento de los bazares, así como de las ventas en línea y las entregas a domicilio.

En El Popular, Periodismo con Causa, entrevistamos a la maestra Mar Estrada, economista social y académica de la Universidad Iberoamericana, y a Reina Terán, dueña de Naret, un negocio de accesorios para mujeres que comenzó distribuyendo sus productos en puntos estratégicos de la ciudad y que ahora cuenta con su propio local en el centro de Puebla.

¿Por qué aumentaron los bazares en Puebla?

La pandemia por coronavirus provocó que 1.3 millones de mujeres mexicanas perdieran sus empleos formales, según datos del INEGI, lo que impulsó la práctica del comercio por envíos. Expresiones como “Voy a cerrar pedido, neni” o “entrego en un punto cercano, nena” se volvieron comunes entre mujeres emprendedoras, quienes comenzaron a ser conocidas como Nenis. Tras el fin de la pandemia, muchas de ellas, con negocios más establecidos, migraron a espacios físicos como los bazares para vender sus productos.

La maestra Mar Estrada nos explica que los bazares son un fenómeno que forma parte de un mercado formal. Sin embargo, emprender o vender a través de bazares se convirtió en una forma de complementar los ingresos.

"Los bazares son producto de problemas estructurales en nuestro país, como los bajos salarios y la falta de empleos suficientes. Además, del lado de los compradores, la situación es similar: los salarios no son adecuados, y más de la mitad de la población gana menos de dos salarios mínimos", comentó la maestra.

Este fenómeno ha integrado una nueva forma de economía social, en la que los productos que se ofrecen representan una alternativa económica y original.

Una oportunidad accesible

Vender en los bazares se ha visto como una opción que permite equilibrar la vida laboral y personal, especialmente para quienes buscan generar ingresos que superen a los de un trabajo formal.

"Muchas personas no tienen con quién dejar a sus hijos, ya que no existe un sistema de guarderías o seguridad social que garantice su cuidado. Por ello, buscan trabajos de medio tiempo, y vender en bazares resulta una opción accesible, tanto para quienes venden como para quienes compran" agregó la académica.

El auge de los bazares en Puebla refleja la falta de regulación en los trabajos formales, los bajos salarios y las largas jornadas laborales a las que se enfrentan los trabajadores.

"Los bazares son el resultado de problemas estructurales: la falta de empleos, los salarios insuficientes y una estructura económica en la que el 1% de la población concentra el 30% de la riqueza del país. Las empresas que más generan riqueza no pagan impuestos", señaló Estrada.

Los bazares se han convertido en una alternativa económica frente a los grandes problemas de la economía del país, proporcionando una fuente de sustento para muchas poblanas y poblanos.

De Neni a dueña de un local: Naret Lencería y Accesorios

Reina Terán es la dueña de Naret, un negocio que empezó como un ingreso adicional para pagar su título universitario, pero que se convirtió en su principal fuente de trabajo, con siete años de trayectoria.

"Antes de Naret, tuve varios emprendimientos cuyo objetivo era pagar el título de mi licenciatura en Lenguas Modernas. Me gustó mucho lo de las ventas en línea, y ser neni me permitió crecer. Nunca imaginé hasta dónde llegaría" nos compartió Reina.

Durante la pandemia, Reina tuvo que adaptar su negocio a las ventas en línea, haciendo entregas en puntos específicos de la ciudad con ayuda de su esposo. Tras la pandemia, siguió vendiendo en línea y se unió a la comunidad de bazares, dedicando los fines de semana a la venta de sus productos.

"Al principio, me costaba asistir a los bazares porque debía moverme con mi bebé. Sin embargo, siempre conté con el apoyo de mi familia, lo que me permitió seguir adelante con el negocio" relató Reina.

Reconoce que emprender no es un proceso fácil, y que implica mucho esfuerzo y gestión del tiempo. También señaló que los bazares a menudo se asocian con productos viejos o usados, lo que es un estigma que ha tenido que romper.

"Este negocio me ha permitido demostrar que los productos que ofrezco, como lencería, son de calidad y no son usados. Además, la comunidad que he formado en Instagram es muy grande y siempre me ha apoyado bien".

Una comunidad emprendedora

Reina destacó que en los bazares se crea una comunidad fuerte entre los emprendedores, quienes se apoyan mutuamente y hacen publicidad a los diferentes negocios que participan. Además, señaló que hoy en día no solo las nenis están presentes en los bazares, sino también muchos hombres que trabajan con sus parejas o emprenden sus propios negocios.

"A veces, los hombres no encuentran productos para ellos en los bazares y se van, pero creo que nos falta fomentar una mayor cultura de inclusión para que ellos también se sientan bien recibidos" comentó.

Finalmente, Reina reconoció que, aunque emprender no es fácil, la cultura de ventas en línea y bazares ha crecido, y los clientes ven en ellos una oportunidad para adquirir productos únicos a precios accesibles. Además, señaló que las regulaciones son accesibles y la comunidad es amigable y solidaria, lo que anima a más personas a emprender sin miedo.