¿Qué es más ecológico? Enterrar o incinerar
Aunque se sabe que ambos métodos son bastante agresivos para el medio ambiente, la incineración parece más viable.
En vísperas del Día de Muertos, surge la duda de ¿qué es más ecológico, un entierro o una incineración? Aunque se sabe que ambos métodos son bastante agresivos para el medio ambiente debido a las emisiones, escapes de líquidos, compuestos contaminantes y metales pesados, la incineración parece más viable. Ventajas de incinerarEntre sus ventajas está el no tener que ocuparse del mantenimiento del citado nicho y no pagar tasas funerarias, además de prevenir epidemias y putrefacciones. Con la incineración es posible guardar los restos en cualquier armario o lanzadas en un bonito y amado paisaje, pero es aquí donde empiezan las desventajas. Desventajas de incinerarPara incinerar un cuerpo se precisan temperaturas superiores a 800º C en un horno crematorio, además de 20 litros de aceite y medio kilo de carbón activado para filtrar posibles emisiones contaminantes o de metales pesados. Las cenizas pueden contener altas tasas de metales como mercurio procedente de tratamientos dentales, por no contar que las prótesis no se queman y es necesario gestionarlas como residuos sólidos. En el caso de querer lanzar las cenizas al mar, un lago o un río, contaminaremos de sales el mismo. Finalmente está el problema de las urnas que suelen ser de mármol, madera lacada o incluso metálicas, y pueden ir a parar al armario, pero también hay muchas que terminan olvidadas en los campos donde se han esparcido las cenizas.
¿Cómo funciona el entierro?La costumbre de enterrar a los muertos procede de las poblaciones nómadas, que de este modo protegían al pariente fallecido de las alimañas, pero con el tiempo se comprobó que el entierro directo propiciaba a enfermedades que rápidamente se convertían en epidemias, por lo que se comenzó a enterrar en ataúdes.
Actualmente, los entierros son muy contaminantes por los materiales con los que están hechos los ataúdes. Aunque tarde o temprano la madera se corroe y deja que los restos humanos se esparzan. El problema es cuando las personas mueren cargadas de antibióticos o que hayan sido sometidos a quimioterapia, ya que en ambos casos el cuerpo soltará una infinidad de compuestos que no sabemos cómo pueden afectar a la microbiota del medio. Resomación y promesión, dos alternativas en desarrolloLa cremación fue inventada por un bioquímico escocés llamado Sandy Sullivan y consiste en introducir el cuerpo en un tanque que contiene agua mezclada con hidróxido de potasio al 10% a alta presión y temperatura. El resultado es que al poco tiempo el cuerpo queda disuelto en la mezcla, ahorrando un 35% en emisiones de CO2, según Sullivan. Además, se pueden aislar después por medios químicos los metales pesados y tóxicos y recuperar el resto de cenizas. El segundo método también es una invención europea, concretamente de la bióloga sueca Susanne Wiigh-Mäsak, y se llama promesión y consiste en introducir el cadáver en un baño de nitrógeno líquido para su ultracongelación. Después se aplican vibraciones bruscas para descomponerlo en polvo de cristal orgánico. La ventaja es que permite recoger íntegras prótesis metálicas e implantes para ser reciclados debidamente. Por otro lado, el polvo de cristal orgánico se utilizaría para hacer compostas en beneficio de la tierra. |