El fungicida lleva por nombre NanoNatural; inhibe en 100 por ciento el crecimiento de ambos microorganismos
Luisa Renata López Lobato y Alexa Limón Bonilla, estudiantes de Biotecnología de la BUAP, han logrado una gran hazaña al desarrollar un fungicida natural para controlar hongos y bacterias que afectan cultivos, especialmente el Mycosphaerella fijiensis, causante de la enfermedad Sigatoka en los plátanos, y E. coli en alimentos empaquetados. Gracias a este innovador proyecto, las estudiantes se llevaron el primer lugar en dos importantes concursos: el Concurso de Proyectos de Emprendimiento Social Sostenible 2024, organizado por la BUAP, y el Quinto Encuentro Estatal de Jóvenes Investigadores 2024, organizado por el Concytep. El producto que crearon se llama NanoNatural, un fungicida que ofrece una alternativa más segura y efectiva frente a los pesticidas químicos tradicionales. Se hace a base de nanopartículas de cobre y titanio, y residuos vegetales como zanahoria, cebolla, ajo, brócoli y té verde. Estos ingredientes son procesados mediante una técnica conocida como síntesis verde para obtener un producto más ecológico. Alexa y Luisa realizaron pruebas de laboratorio en las que comprobaron que su fórmula inhibe el crecimiento del hongo Mycosphaerella fijiensis al 100% en solo siete días. Como explica Alexa, “desde el primer día la formulación detuvo el crecimiento del microorganismo y siguió funcionando al 100% en el tiempo que estuvimos observando.” La importancia de su proyecto va más allá de la innovación tecnológica. Según datos de la Semarnat, en 2021 México importó más de 480 mil toneladas de herbicidas y fungicidas, los cuales son perjudiciales tanto para la salud humana como para el medio ambiente. Además, el uso de estos productos eleva los costos de producción. Gracias al apoyo de los doctores José Joaquín Alvarado Pulido y Jesús Muñoz Rojas, investigadores de la BUAP, las estudiantes lograron desarrollar un biofungicida que no solo combate el hongo de Sigatoka, sino que también evita el uso masivo de químicos. Como señala Luisa, su principal innovación es el uso de las nanopartículas para mejorar la efectividad de los extractos vegetales, permitiendo que estos actúen de forma más duradera. Ahora, las estudiantes están trabajando en reformular el producto para hacer que sea aún más efectivo y, en el futuro, planean probarlo en plantas reales, cambiar su presentación a polvo y hacer pruebas de toxicidad. Luisa y Alexa tienen claro que su proyecto tiene el potencial de transformar la forma en que se combaten los problemas agrícolas, pero también apuestan por un futuro más sustentable. Como ellas mismas dicen: “Creemos en la importancia de apoyar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, y proyectos como este podrían cambiar el mundo”.
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