En los espacios urbanos, entre edificaciones, parques y avenidas, habitan distintas especies que conforman la llamada fauna urbana. Este grupo incluye tanto animales domésticos como silvestres que han modificado sus hábitos para coexistir con las actividades humanas. En el marco del Día Mundial de los Animales, que se celebra el 4 de octubre, te presentamos algunos de los ejemplares más representativos de esta faun, entre los que se encuentran el tlacuache, el cacomixtle y la ardilla negra, mamíferos que aprovechan los árboles, azoteas y áreas verdes para desplazarse y alimentarse. En los cuerpos de agua o canales artificiales pueden encontrarse especies como el ajolote, cuya presencia indica procesos de adaptación a ambientes modificados. En las alturas, aves como el águila, el halcón o distintas variedades de palomas se han establecido en estructuras metálicas, torres o edificaciones, donde encuentran espacios para anidar. Te puede interesar: Cuatro parques en Puebla dedicados a la conservación animal Algunas de estas especies son originarias de los ecosistemas donde hoy se levantan las ciudades; otras fueron introducidas, ya sea de manera accidental o por la intervención humana, y lograron adaptarse a las condiciones urbanas. El crecimiento del entorno construido, la reducción de áreas naturales y la disponibilidad de desechos orgánicos influyen en la composición de esta fauna, que varía según la infraestructura y el clima de cada metrópoli. Investigaciones recientes destacan que estos animales desempeñan funciones ecológicas dentro del ecosistema urbano, como la dispersión de semillas o el control de insectos. Su presencia también permite analizar cómo los entornos modificados por la actividad humana pueden transformarse en hábitats funcionales para diversas especies. El estudio de la fauna urbana ofrece información relevante sobre los procesos de adaptación biológica en contextos metropolitanos y contribuye a entender cómo la biodiversidad se mantiene activa incluso en los espacios más densamente poblados.
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