Lunes 20 Octubre 2025

- ¿Y si les vuelve a llover? -

Me pregunta una compañera en la redacción. Trato de responder, mientras pienso en aquella casa con la mitad de sus cimientos colgando al borde de un cerro que se volvió barranca; pienso también en las 3 toneladas de fango que aún siguen en la recámara de una familia que vive al borde del río, o en aquella mujer que ha sacado sus muebles enlodados a secar al sol.

-No lo sé-

Alcanzo a decir débilmente al darme cuenta de lo pequeños que somos. Al recordar lo pretenciosa que es la humanidad pensando que puede cambiar el clima, que puede incluso acabar con el planeta, cuando en realidad es la tierra misma la que reclama su lugar.

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Estamos en Nopala, una pequeña comunidad de apenas 500 habitantes a 6 kilómetros del centro de Huauchinango en Puebla. Un trozo de camino derrumbado nos llama a detenernos para documentar. Es muy temprano, han pasado 5 días desde aquella lluvia de más de 50 horas que impactó en la región. 

Nopala, comunidad de apenas 500 habitantes
Nopala, comunidad de apenas 500 habitantes

Dos días lloviendo en los que los cerros reblandecidos se desgajan cada tanto a lo largo de las serpenteantes carreteras que conducen a casi todos lados en la Sierra Norte. 

El recuento oficial revela la magnitud del desastre: 404 deslaves, 24.5 kilómetros de asfalto removido, 32 escuelas con daños y 25 municipios afectados por cortes de energía eléctrica. Los equipos avanzan entre el lodo y los escombros, abriendo paso a retroexcavadoras, bulldozers y camiones de volteo que trabajan día y noche para despejar las vías 

"El apoyo sí se ha sentido, tanto de la gente como del gobierno, el pueblo se organiza, entre vecinos se apoyaron mucho"

Me dice un oficial de la Policía Estatal que custodia una de las retroexcavadoras que kilómetro a kilómetro van subiendo para ir acomodando la tierra que obstruye los caminos. Esta máquina se sumará a otras en Tlaxpanaloya, Naupan, dónde continúa la búsqueda de dos adultos mayores cuya casa fue enterrada entre agua y tierra.

Labores de rehabilitación de caminos en Nopala
Labores de rehabilitación de caminos en Nopala

Ahí comienzan a detenerse varios automóviles, la maquinaria ha comenzado a liberar el carril que faltaba en una empinada curva zigzagueante. Dos días antes habían liberado un carril, pero por la dificultad de la maniobra y ante la posibilidad de accidentes por la falta de visión, deciden liberarlo de una vez.

Las excavadoras, tractores D6 y D4, retroexcavadoras y unidades de rescate se han convertido en el rostro visible del esfuerzo conjunto entre fuerzas civiles y militares. Algunas, la mayoría, con pequeñas lonas del órden de gobierno que representan. Las jornadas comienzan con la primera luz del día y se extienden hasta entrada la noche, mientras los trabajadores remueven piedras, árboles y tierra acumulada. 

Una vez liberada una unidad de transporte público intenta subir y maniobrar en la curva. El suelo húmedo y los restos de fango le impiden una y otra vez la maniobra. Patina, a ratos pierde el control, una y otra vez lo intenta. media docena de hombres ayudan en la maniobra, incluído nuestro operador del dron. Piedras, empujones y la mitad del embrague logran sortear dificultosamente los 20 metros.

Personas apoyan a empujar una unidad de transporte público que derrapa en el camino de Nopala
Personas apoyan a empujar una unidad de transporte público que derrapa en el camino de Nopala

De los dos lados hay una fila de autos esperando sortear la distancia, unos en bajada otros en subida, ambas maniobras son difíciles, el espacio se ha convertido en un tobogán de tierra mojada.

Mientras tanto, las y los vecinos, siguen con su rutina, un hombre carga su leña en un mecapal, absorto y ajeno a las maniobras. Una mujer sortea junto a sus perros el dificultoso camino. Una más sale a vender los pocos tamales de rojo y verde que pudo preparar y que vende a 10 pesitos a varias personas que nos hemos detenido a esperar las maniobras. Delfino es albañil,nos dice que es cuñado del presidente municipal, su aliento y tambaleo delatan que camina entre los vapores del alcohol. Explica que conoce de las máquinas y las maniobras para limpiar las carreteras; sugiere que también él mismo ha ayudado, se despide y continúa su descoordinado ascenso.

Algunas personas, mantienen su vida cotidiana en la región
Algunas personas, mantienen su vida cotidiana en la región

La mayoría de poblaciones estuvieron aisladas entre uno y dos días. Otras más como Pahuatlán, Cuahuihuitzotitla, Chachahuantla y el mismo Naupan permanecieron más tiempo incomunicadas. 

Durante una semana, personal especializado con 47 unidades de los Módulos de Maquinaria de la Secretaría de Infraestructura, CAPUFE, el Ejército Mexicano y autoridades estatales trabaja sin descanso en la rehabilitación de 134.8 kilómetros de carreteras y caminos dañados por las intensas lluvias en la Sierra Norte de Puebla. 

Vemos la oportunidad, el camino se ha liberado, otro transporte público se encarrera, toma velocidad 50 metros antes, sube acelerado, patina, la pericia de su conductor le permite retomar el camino y continuar cuesta arriba.

En varios puntos aún se presentan decenas de cortes de camino por deslaves
En varios puntos aún se presentan decenas de cortes de camino por deslaves

Un grupo de personas que nos acompañará a otro punto nos espera en Huauchinango, corremos con premura  al vehículo, es nuestro turno de enfrentar los 20 metros de peligro, sucede, son 4 segundos de derrape en descenso, de pánico en la cabina, de un estrecho túnel de vehículos parados y montículos de tierra y ramas, del peso de una carga de ayuda, de un freno que no responde. 

Al fin nos detenemos, la conductora, también periodista, suda frío, se recupera. 

Entre el rugir de las máquinas y el eco de los ríos desbordados, la sierra impone su propia lección: que la naturaleza no se conquista, apenas se respeta. Cada tramo de camino rehabilitado es una efímera victoria frente a una fuerza que no olvida su poder. En esta lucha desigual, la humanidad y su maquinaria desafían al tiempo y al terreno, pero cada piedra removida recuerda que la verdadera reconstrucción no está en el asfalto, sino en la humildad con la que aprendemos a convivir con la tierra que nos sostiene.