Edificio Vacas; sombra del esplendor poblano de los 40’s

Seguro lo has visto, incluso has pasado a su lado sin percatarte de la gran historia que oculta este edificio de estilo art decó en el centro histórico de la capital poblana. 

Hablamos del emblemático edificio Vacas, el cual se encuentra en la calle 9 norte, en la Colonia San Pablo de los Frailes, y que con su increíble terraza, te permite contemplar una vista periférica de la ciudad.

La construcción del edificio comenzó en 1948 encabezada por el  ingeniero Mariano Martín Pastor, para poder ser inaugurado en 1952. Este edificio, el primero en ser el más alto de Puebla, fue mandado a construir por Emilio Ramón Vacas, un español que llegó a la entidad poblana con muchos rumores en la espalda; el más popular es que su fortuna se amasó sobre el contrabando de licor durante la época de la prohibición. 

Aun así el comerciante, vislumbró para la capital poblana un inmueble que en la actualidad sigue siendo una maravilla para sus inquilinos. 

El edificio de departamentos, era el más moderno para su época pues contaba con estacionamiento subterráneo, un cubo de incineración para evitar la concentración de residuos, un elevador, incluso fueron pioneros en el uso de un sistema de distribución de gas para evitar los tanques, en los nueve pisos del inmueble.

Mariano Martín Pastor no era un ingeniero cualquier  pues él fue uno de los encargados de del proyecto para entubar el río de San Francisco, que cruza la ciudad, innovando en la creación de una cimbra móvil para el colado de concreto de la bóveda.

Regresando al edificio vacas, este entró en decadencia a inicio de los 90s; los conflictos internos en la familia Ramón al no ponerse de acuerdo sobre quién o quienes administrarían los departamentos provocaron que el edificio fuera desalojado y quedase abandonado por años. Además, el edificio comenzó a acumular daños estructurales derivado de los temblores del 57, 85 y 99.

Tuvieron que pasar seis años para que un nuevo empresario llegara en su rescate y le regresara su esplendor, y en 2005 el empresario Pedro Ocejo se dio a la tarea de iniciar su remodelación, esta vez de la mano del arquitecto Sergio Gallardo, le valió el primer lugar de la categoría en la IX Bienal de Arquitectura Poblana 2008.

En 2005, el empresario Pedro Ocejo formó una inmobiliaria con el objetivo de rescatar el edificio, además de contribuir a la recuperación del Centro Histórico. 

Para su remodelación, Gallardo tuvo que colaborar con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) quien solicitó que los ornamentos de la azotea y los elementos originales de yeso, motivos en los plafones y medios arcos en los departamentos, fueran restaurados y reforzados. También se mantuvieron los barandales de herrería de la fachada. 

Actualmente el edificio cuenta con departamentos disponibles para su compra y renta, es cuestión de tener a la mano uno o dos millones para poderlo adquirir.