El Señor de las Maravillas, faro de la devoción popular en Puebla

Hoy se llevó a cabo la celebración en honor del Señor de las Maravillas, tal como lo marca la tradición en este tercer Viernes de Cuaresma en la iglesia de Santa Mónica.

Hoy se llevó a cabo la celebración en honor del Señor de las Maravillas, tal como lo marca la tradición en este tercer Viernes de Cuaresma en la iglesia de Santa Mónica, santuario ubicado en la calle 5 de Mayo, entre 16 y 18 Poniente en el Centro Histórico de Puebla.

La fiesta comenzó desde muy temprano con las tradicionales “mañanitas”, que como ya es costumbre se le llevan a esta imagen tan querida de la feligresía poblana, cuyos integrantes se dieron cita a las 6 de la mañana.

Las personas que acuden a visitar al Señor de las Maravillas son católicos fervientes, mismos que agradecen infinitamente a esta imagen por cuidarlos, por darles el regalo de la salud y el trabajo; y otros hacen acto de presencia para pedirle por sus familiares, sus enfermos e implorando la intercesión divina en toda clase de causas.

Esta imagen tan simbólica para los poblanos es una representación de Jesús en una de sus caídas mientras se dirigía al Calvario, lugar donde sería crucificado, y está rodeada por una peculiar historia. El Popular, Periodismo con Causa tiene todos los detalles.

La leyenda narra que había una mujer muy devota, quien acudía a la iglesia de Santa Mónica a pedirle al Señor de las Maravillas por su esposo, preso en ese momento en la cárcel de San Juan de Dios, reclusorio que estaba justo enfrente del templo.

La mujer, que acudía a la cárcel a visitar a su esposo, un día conoció a un reo al que nadie iba a ver y ella, como un acto de caridad, decidió llevarle comida. Hasta que un día liberaron a su marido, pero ella continuó con su desinteresada labor.

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El esposo, al percatarse de que su cónyuge seguía saliendo de manera continua y con una canasta, desconfió de ella, hasta que un día la siguió y la interceptó. Le preguntó que era lo que llevaba en la canasta, y la mujer le respondió: “Maravillas para el Señor”.

El hombre destapó la canasta y, como por arte de magia, la comida se convirtió en ramos de maravillas. Ambos se quedaron impresionados y alli mismo la mujer le confesó todo a su marido. Él la entendió y fueron a buscar al preso, el cual había desaparecido.

Entonces llevaron las flores a la presencia del Señor de la Caída, en el templo de Santa Mónica, y ahí fue que muchos habitantes de la Angelópolis le comenzaron a atribuir muchos milagros, y esa devoción se fue extendiendo entre toda la grey católica.

El Señor de Las Maravillas es una de las imágenes más importantes y milagrosas de la Ciudad de Puebla, por lo que será llevado en andas y en olor de multitudes durante la Procesión del Viernes Santo este próximo 7 de abril.

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