Un espacio de historia y tradición poblana: El Paseo Bravo

Inaugurado oficialmente en 1840, este espacio originalmente era conocido como Paseo Nuevo o La Alameda

Un espacio de historia y tradición poblana: El Paseo Bravo
Fredy Angón Un espacio de historia y tradición poblana: El Paseo Bravo

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El Paseo Bravo, un icónico punto de encuentro en la ciudad de Puebla, ha sido testigo de la vida cotidiana de generaciones de poblanos. 

Desde sus senderos, donde familias han compartido momentos de convivencia y diversión, hasta sus áreas de descanso, este lugar ha pasado de ser un simple parque a un símbolo de la identidad local. 

Inaugurado oficialmente en 1840, este espacio originalmente era conocido como Paseo Nuevo o La Alameda, también tenía una zona que era conocida como Plaza del Parral o de Oaxaquilla. 

Históricamente, los primeros visitantes fueron las familias adineradas que disfrutaban de paseos matutinos en un ambiente que combinaba naturaleza y elegancia. La iniciativa para su creación, de acuerdo con el historiador Pedro Ángel Palou, provino de Ciriaco de Llano en 1819, quien abogó por un paseo público que brindara esparcimiento a la ciudadanía. 

Sin embargo, la historia del Paseo Bravo va más allá de su función recreativa. Su renombramiento en 1870, en honor a Miguel Bravo, un insurgente destacado en la Guerra de Independencia, sobrino del expresidente Nicolás Bravo y quien fue fusilado en ese mismo lugar. En 1823  el Soberano Congreso Mexicano lo declaró “Benemérito de la Patria en Grado Heroico”.

A lo largo de los años, el Paseo Bravo ha sufrido diversas transformaciones, adaptándose a las necesidades de sus visitantes. Desde la instalación de un zoológico hasta la creación de una pista de patinaje.

Entre sus principales atracciones se encuentra “El Gallito”, una escultura inaugurada en 1921 y que fue donada por la colonia francesa de Puebla en conmemoración del centenario de la consumación de la Independencia de México. 

Hoy en día el Paseo Bravo sigue siendo un espacio vibrante donde se entrelazan la historia y la vida moderna. Ya sea disfrutando de un antojito como unos tacos o chicharrones, o simplemente paseando bajo sus árboles, este parque continúa siendo un punto de referencia para la comunidad poblana.