Las autoridades la acusaron de "delitos de terrorismo" no especificadas, relacionadas con su elección de vestimenta.
En mayo de 2024, Arabia Saudita condenó a Manahel al-Otaibi, activista e instructora de fitness, a 11 años de prisión. Las autoridades la acusaron de "delitos de terrorismo" no especificadas, relacionadas con su elección de vestimenta y la expresión de sus opiniones en línea. De acuerdo con Amnistía Internacional y ALQST, una organización con sede en Londres que aboga por los derechos humanos en Arabia Saudita, los cargos en contra de al-Otaibi se basaron exclusivamente en su:
Según documentos judiciales, al-Otaibi fue acusada de:
La activista utilizó sus redes sociales, como Instagram, Twitter y Snapchat, para promover códigos de vestimenta más liberales para las mujeres, los derechos LGBTQ+ y la abolición de las leyes de tutela masculina. El contexto de su detenciónALQST informó que Manahel al-Otaibi permanece detenido desde noviembre de 2022 , lo que significa que ya ha pasado más de dos años en prisión. Su hermana, Fouz al-Otaibi , se enfrentó a cargos similares, pero logró huir del país. El gobierno saudí, a través de un comunicado, afirmó que: "El ejercicio y la defensa de los derechos no son delitos bajo la ley saudí; sin embargo, justificar las acciones de los terroristas describiéndolas como defensa de derechos es inaceptable y constituye un intento de legitimar crímenes terroristas". Desde 2018, las mujeres en Arabia Saudita han obtenido mayores libertades, como el derecho a conducir y la eliminación de ciertas restricciones en el reino ultraconservador. Estos cambios forman parte de un esfuerzo por diversificar su economía, normalmente dependiente del petróleo. Sin embargo, persiste la represión contra quienes critican las normas sociales saudíes. Casos como el de Salma al-Shehab, una exestudiante de doctorado de la Universidad de Leeds sentenciada a 27 años de prisión, evidencian la hostilidad hacia activistas y disidentes en redes sociales.
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