Hallan restos humanos en el Hospital de San Roque, en Puebla

Se han encontrado nueve esqueletos y huesos dispersos que corresponden a mujeres embarazadas, nonatos y un individuo fallecido por traumatismo craneoencefálico.

Una dolorosa historia ha sido develada a partir de un proyecto de salvamento arqueológico que el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), a través del Centro INAH Puebla, realiza en el antiguo Hospital de San Roque, en la capital de la entidad.

Al interior del inmueble, cuyos antecedentes constructivos se remontan al siglo XVI, un equipo de expertos ha recuperado evidencia de al menos nueve esqueletos humanos completos y numerosos restos óseos dispersos, algunos depositados en la que debió ser una fosa común y otros que muestran episodios violentos.

Este último caso, comenta la arqueóloga responsable del proyecto, Elvia Cristina Sánchez de la Barquera Arroyo, es el de un individuo masculino que murió entre los 40 y 45 años de edad, y cuyo cráneo presenta dos lesiones en la región central del hueso frontal.

Descubierto por la arqueóloga Brenda Suárez, y analizado por la bióloga Felicitas Rojas, el cráneo de dicho hombre, al no mostrar evidencias de recuperación ósea, indicaría que el par de heridas le causaron la muerte por traumatismo craneoencefálico.

Otras osamentas que llaman la atención son las de dos mujeres, localizadas en distintas unidades de excavación por el arqueólogo Carlos Morales, cuyas costillas contenían huesos de nonatos con diversos estados de gestación. El hecho de que en otros sedimentos también se han ubicado restos de nonatos, “indica que hubo abortos al interior del lugar y que eran arrojados a las fosas”.

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Fundado por miembros de la Orden de la Caridad del Mártir San Hipólito, el Hospital de San Roque se creó para atender a los españoles que venían al Nuevo Mundo, siendo Puebla un punto medio entre Veracruz y la capital de la Nueva España.

Los hallazgos registrados por el equipo, integrado también por el arqueólogo Jorge Luis Rosales, corresponden a esqueletos en posición anatómica, entierros secundarios y numerosos huesos dispersos ubicados en los patios del inmueble hasta ahora excavados, por lo que no se puede hacer referencia a un panteón o un lugar específico para depositar los cadáveres.

Cabe destacar que aunque muchos de los restos humanos son de época virreinal, dada la presencia cercana de algunos tiestos vidriados y cerámicos, algunos no son tan antiguos y podrían corresponder al siglo XX, de acuerdo con su ubicación en estratos superiores de tierra y por el material asociado a estos.

El proyecto de salvamento arqueológico del INAH inició el pasado 13 de diciembre y se estima que dure hasta julio próximo, en sus fases de campo y de gabinete, acompañando a la empresa encargada de la restauración ante la posibilidad de registrar más hallazgos arqueológicos.

Los restos óseos recuperados están en procesos de limpieza y registro, para después resguardarlos en el Centro INAH Puebla y realizar futuros estudios, entre ellos su fechamiento para precisar la antigüedad. Procesos similares seguirán los elementos cerámicos, incluido un grupo de nueve objetos de época virreinal –jarras, platos, entre otros– recuperados con más del 50 por ciento de sus partes, los cuales serán restaurados como parte del proyecto.

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