Salud mental: Advierten que las secuelas de la pandemia podrían alargarse por una década

En América Latina apenas una tercera parte de quienes viven con alguna enfermedad mental son tratados.

En el Día Mundial de la Lucha contra la Depresión, varios expertos en México coincidieron en que las afectaciones a la salud mental que dejará la pandemia por COVID-19 se seguirán viendo en por lo menos una década y el estigma que existe en torno a estas enfermedades seguirá complicando el diagnóstico y tratamiento.

“En la próxima década se seguirán atendiendo las consecuencias de la salud mental en la población que vive en el contexto de la pandemia actualmente”, señaló el neuropsiquiatra Edilberto Peña.

La depresión es una enfermedad compleja, crónica y recurrente que afecta a más de 280 millones de personas a nivel mundial. Se estima que en América Latina el 5 por ciento de la población adulta en edad productiva sufre algún tipo de depresión, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Tan solo en Puebla, un 17 por ciento de la población se ve afectada por esta enfermedad, cifra que le concede a la entidad el noveno lugar a nivel nacional en cuanto a incidencia, de acuerdo con la encuesta Nacional de Bienestar Autoreportado 2021 (Enbiare), realizada por el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI).

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Acorde a la Asociación Psicoanalítica Mexicana, desde 2020 la depresión es la principal enfermedad mental en el país y la pandemia de COVID-19 acrecentó este problema hasta en un 20 por ciento. Sin embargo, gracias a ella este padecimiento se ha visibilizado como nunca.

 “La ansiedad también se ha incrementado en 50 por ciento; mientras que el intento de suicidio hasta en 40 por ciento (…) Esto se debe no solo al confinamiento, sino a la pérdida de trabajos, de los seres queridos”, explicó el experto.

Es trascendental identificar los síntomas de la depresión

Jacqueline Cortés, psiquiatra y presidenta de la Asociación Psiquiátrica Mexicana, explicó que estos se detectan cuando las personas experimentan tristeza, irritabilidad, sensación de vacío o una pérdida del disfrute o del interés en actividades, la mayor parte del día, casi todos los días.

Además, se presentan otros síntomas como dificultad para concentrarse, falta de energía, autoestima baja, alteraciones del sueño y fluctuaciones en el peso.

Los expertos señalaron que pese a que es una enfermedad más reconocida, todavía existen algunas barreras para su tratamiento. Por ello hicieron un llamado a hacer conciencia sobre esta enfermedad y eliminar los estigmas.

“Una persona con depresión no es débil ni perezosa; es una persona enferma. Se requiere atención médica especializada para su oportuno diagnóstico y tratamiento”, dijo Cortés.

Ninguna persona merece vivir deprimida”, concluyó.

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