Con tan sólo 34 años, Ernesto Arias ya ha acumulado una extensa experiencia dentro del mundo del estilismo en Puebla. Él es un joven creador de innovadores trabajos de belleza, y hoy El Popular, Periodismo con Causa te contará la interesante historia de este joven talentoso y emprendedor.

Ernesto Vázquez Arias, originario de Orizaba, Veracruz llegó a la ciudad de Puebla hace cuatro años con un corazón roto pero con todas las ganas de salir adelante ante las adversidades.

Ya desde muy pequeño mostró interés por el arreglo personal y el maquillaje pues, como todo niño travieso, experimentaba con los cosméticos de su mamá. Con una pícara sonrisa, Ernesto nos comenta que “los resultados no eran muy buenos”.

Eso fue lo que lo motivó a sentirse atraído por modificar el aspecto de las personas, y también porque él veía que su mamá no podía arreglarse tanto como a ella le hubiese gustado, debido a sus actividades profesionales.

Su trayecto como estilista inició cuando su mamá le dijo: "tú vas a estudiar lo que tú quieras"; esto porque a ella le impusieron la carrera que debió estudiar y por lo tanto no quiso que la historia se repitiera.

Ernesto empezó a estudiar computación pero, ¡oh sorpresa!, un día se encontró a la tía de una amiga en la misma escuela pero en otro taller, éste especializado en cosmetología.

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Decidió escuchar una clase y descubrió que realmente nació para eso e inmediatamente se cambió de clase, sin que su mamá se enterara hasta que el curso casi iba a terminar.

Como todo inicio, la vida profesional de Ernesto ha enfrentado diferentes complicaciones pues ha padecido mucha discriminación por su aspecto físico, mientras se deja a un lado su innegable talento.

"Para las grandes empresas los estándares de belleza ya están clasificados y para trabajar en la belleza tienes que serlo, y si notan algo que no les cuadra, ni siquiera te voltean a ver," mencionó nuestro entrevistado.

Pero el rechazo al cual fue sometido cuando tocó puertas para pedir una oportunidad, llevó a Ernesto a comenzar su propio proyecto, y adicionalmente ayudar a las personas a empoderarse, a sentirse bien consigo mismas, a verse diferentes y sobre todo a elevar su autoestima.

Le surgió además la idea de crear un tratamiento para la regeneración capilar y hacer crecer el cabello a base de elementos provenientes de cannabis llamado cbd. Actualmente cuenta con esa marca de productos propios.

La meta de Ernesto es que las personas que acudan a él se sientan felices viéndose bien, y lo mejor de todo: disfrutar de lo que hace profesionalmente.

Su trabajo ha sido tan reconocido que sus manos han sido las encargadas de poner bellas a muchas personas del medio artístico, como la modelo Marcela Balik y la conductora Marychuy Arámburo, por mencionar a algunas.

La historia de Ernesto es el claro ejemplo de que “si se quiere, se puede”, y así todos los sueños se pueden volver realidad.