¿Quién era Manuel Reigadas? Pilar del teatro poblano

La comunidad teatral de Puebla y de México despide con profundo respeto a una de sus figuras más emblemáticas: Manuel Reigadas Huergo, actor, director y formador incansable que falleció este lunes 9 de junio a los 88 años.

Nacido en Saltillo, pero poblano por elección desde la infancia, su historia comenzó con funciones improvisadas en el garaje de su casa. Desde entonces, no abandonó las tablas. Durante más de medio siglo, interpretó a personajes icónicos del teatro universal y fue figura central en montajes de obras clásicas que marcaron la cartelera poblana.

Quizá uno de sus mayores símbolos fue su inquebrantable compromiso con la tradición de Don Juan Tenorio, papel que interpretó por más de 50 años.

Además de su papel como actor y director, Reigadas fue un formador incansable. Fundó la Compañía de Teatro del Estado y dirigió el Espacio 1900, un recinto que se convirtió en epicentro cultural para el teatro independiente. 

Tenía una clara visión en el ámbito teatral, la de abrir las puertas a todos los géneros, desde el vodevil hasta el drama griego, pero con la condición de siempre aspirar a una mejor calidad escénica. 

En una entrevista realizada hace algunos años por el Popular, periodismo con causa, Reigadas expresó su preocupación por el rumbo del teatro contemporáneo.

Reconocía que el número de compañías se había multiplicado con los años, de tres grupos de sus inicios a más de treinta, pero advertía que no todo crecimiento es sinónimo de mejora si no va acompañado de formación y rigor. 

Sobre el papel de los actores actuales, era crítico: muchos, decía, no completan una formación sólida.

“Los actores salen a medias, porque no estudian la carrera completa. Aquí en el teatro de Puebla tenemos la carreta de tres años con reconocimiento de la ANDA y hay otros que entran a un lugarcito acá o un lugarcito allá y pues no salen con la calidad que deberían salir los actores”, afirmaba. 

Su pasión por enseñar lo llevó a moldear nuevas generaciones, muchas veces comenzando desde lo más básico: dicción, lectura en voz alta, comprensión del texto.

“Hay algunos que llegan y no saben ni leer y dicen que hicieron prepa. Digo, eso no puede ser. Aquí hay que enseñarles a leer, a voz y dicción, a interpretación, para que en lugar de que el teatro vaya en decadencia, vuelva a su postura de buen teatro.”

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Hace algunos años recibió múltiples reconocimientos por su trayectoria, entre ellos uno otorgado por el Ayuntamiento de Puebla. 

“... y como dicen que los reconocimientos hay que darlos antes de que mueras, así me hicieron como seis o siete, pero pues, realmente es una satisfacción porque llevas una carrera en cierta manera bastante limpia y de trabajo a beneficio del teatro y qué bueno que te la reconozcan.”