Efectos del cambio climático: Se disparan los “divorcios” de los albatros de las Malvinas

Un estudio halló elementos que propician la separación de las parejas de este tipo de aves, consideradas como las más estables y constantes en sus relaciones.

Según un estudio publicado en la revista Proceedings of The Royal Society B, la vida de los seres vivos no será la única afectada por el cambio climático y el calentamiento del océano, ahora también es el origen de la ruptura de muchas parejas de albatros.

El estudio reveló que el aumento de la temperatura del agua se traduce en una disminución de la población de peces, lo que obliga a las aves a pasar más tiempo lejos de la costa para procurarse alimento. Estas condiciones más severas pueden afectar a los niveles hormonales y reducir la probabilidad de supervivencia de las crías, estiman los autores.

Una característica de estas grandes aves marinas es que son monógamas con parejas muy estables, pero el calentamiento parece "afectar indirectamente a su separación a través de cambios en las tasas demográficas".

Esta tendencia al “divorcio” puede estar vinculada a "unos mayores costos reproductivos, cambios en la fenología (la relación entre los factores climáticos y los ciclos de vida) y estrés fisiológico", señaló el estudio.

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El artículo científico estuvo a cargo del equipo de ornitólogos liderado por Francesco Ventura, quienes concluyeron que "la ruptura impulsada por el medio ambiente puede, por lo tanto, ser una consecuencia inadvertida del cambio global".

Para llegar a esta resolución, los investigadores observaron una población salvaje de 15 mil 500 parejas de albatros de ceja negra (Thalassarche melanophris) que durante 15 años anidaban en las islas Malvinas. Aunque un fenómeno de estrés o un evento ambiental como una tormenta pueden ocasionar muertes, el estudio excluyó los casos de separación en los que un miembro de la pareja moría.

El equipo determinó que el promedio anual de separaciones era del 3,7 %, pudiendo oscilar entre un 0,8 % y un 7,7 % en función de distintos factores externos. Algo que ya se sabía es que las parejas eran estadísticamente más propensas a separarse después de una reproducción fallida (pérdida del huevo o del polluelo). Incluso teniendo cuenta estos fracasos individuales y la escasez de peces, la probabilidad de divorcio crecía aquellos años en los que la superficie marina se calentaba más. Así, en 2017, cuando las temperaturas de la superficie del agua fueron inusualmente altas, la tasa de 'divorcios' se disparó en casi el 8 %.

En declaraciones al diario The Guardian, Ventura señaló que el aumento en la tasa de separación de estas aves podría deberse a que el cambio climático aumenta el estrés.

"Proponemos la hipótesis de culpabilización en la pareja" en referencia a una situación en la que la hembra podría sentir "niveles más altos de estrés" y atribuirlos a "un mal desempeño" del macho.

Los investigadores también concluyeron que los machos son menos propensos a iniciar la separación que las hembras, porque ellas tenían más probabilidad de procrear con una nueva pareja que ellos, lo que supone un rasgo característico para esta familia de aves.

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