Riesgos y recomendaciones ante la intensa actividad del Popocatépetl

En caso de que el Popocatépetl entre en erupción, varios estados de México se verían afectados por la caída de ceniza y otros fenómenos asociados

Además de la actividad explosiva reciente del volcán Popocatépetl, es importante destacar que este majestuoso coloso se encuentra en constante monitoreo por parte de expertos en vulcanología.

Gracias a los avances tecnológicos en la detección volcánica, se ha desarrollado un sistema de alerta temprana que permite predecir y evaluar el nivel de riesgo ante una posible erupción volcánica.

En caso de que el Popocatépetl entre en erupción, varios estados de México se verían afectados por la caída de ceniza y otros fenómenos asociados.

Algunas de las entidades más cercanas y potencialmente expuestas a este tipo de eventos son el Estado de México, Puebla, Morelos y Tlaxcala. Estas regiones podrían experimentar una lluvia de ceniza volcánica, lo que puede tener impactos significativos en la salud, la agricultura y el transporte.

La ceniza volcánica, compuesta por pequeñas partículas de roca y minerales pulverizados, puede ser perjudicial para la salud respiratoria.

Se recomienda evitar la exposición directa a la ceniza, cubriendo la boca y nariz con mascarillas o pañuelos húmedos, especialmente para personas con condiciones respiratorias preexistentes.

Además, se aconseja proteger los ojos utilizando gafas de seguridad para evitar irritaciones o lesiones.

En términos de preparación, es fundamental contar con un kit de emergencia que incluya suministros básicos como agua potable, alimentos no perecederos, medicamentos esenciales, linternas, radio de pilas y pilas adicionales.

Asimismo, es importante tener un plan de evacuación y un punto de encuentro designado en caso de que sea necesario abandonar la zona afectada.

Las autoridades competentes, como el Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED) en México, juegan un papel crucial en la vigilancia y comunicación de la actividad volcánica.

Estas instituciones emiten boletines informativos y actualizaciones en tiempo real sobre la evolución del volcán, así como recomendaciones específicas para la población en riesgo.

Ante cualquier señal de aumento en la actividad volcánica, como temblores, emisión de gases o cambios en la forma del cráter, es fundamental mantenerse informado a través de fuentes confiables y seguir las instrucciones y recomendaciones de las autoridades locales.

La seguridad y el bienestar de las personas deben ser siempre la prioridad en situaciones de riesgo volcánico, y la preparación adecuada puede marcar la diferencia en la protección de nuestras vidas y la de nuestros seres queridos.

La zona de alto riesgo, que abarca un radio de 15 kilómetros alrededor del volcán Popocatépetl, incluye 16 municipios en Puebla, seis en Morelos y ocho en el Estado de México.

Por su parte, la zona de riesgo medio, que se extiende de 30 a 60 kilómetros del cráter, comprende 22 municipios en Puebla, nueve en Morelos, seis en el Estado de México y 18 en Tlaxcala.

En cuanto a la zona de bajo riesgo, que abarca de 60 a 90 kilómetros, incluye a todas las poblaciones previamente mencionadas.

En caso de que se requiera una evacuación debido a una erupción significativa del volcán Popocatépetl, se estima que 30 municipios se encuentran en la zona de alto riesgo, mientras que 56 municipios se encuentran en la zona de riesgo medio, según lo explicado por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) en su Plan de Operaciones para el Volcán Popocatépetl.

Es importante destacar que, aunque la Ciudad de México no se encuentra en la zona de riesgo, está considerada dentro del plan de acción debido a la posibilidad de la caída de cenizas en caso de una explosión significativa del volcán.

El Popocatépetl, un volcán activo de tipo estratovolcán, se sitúa en México, aproximadamente a 70 kilómetros al sureste de la Ciudad de México. Es reconocido como uno de los volcanes más activos en el país y ha registrado más de 15 erupciones de gran magnitud desde la llegada de los españoles en 1519.

Actualmente, el volcán se encuentra en un estado de agitación, presentando emisiones frecuentes de ceniza, gases y vapor.

Durante los últimos años, ha experimentado varias explosiones pequeñas y flujos de lava. Para vigilar su actividad, se ha establecido una red de sensores que monitorea constantemente el volcán.

El gobierno mexicano ha desarrollado un plan de contingencia ante la posibilidad de una erupción significativa del Popocatépetl. Dicho plan contempla medidas como evacuaciones, establecimiento de refugios y atención médica para aquellos afectados por la erupción.

Entre los fenómenos característicos del volcán Popocatépetl se encuentran:

Emisiones de ceniza y gases: El volcán emite regularmente cenizas y gases. La ceniza puede ser transportada por el viento a distancias de cientos de kilómetros, mientras que los gases pueden resultar perjudiciales para la salud respiratoria.

Flujos de lava: Aunque menos frecuentes que las emisiones de ceniza y gases, los flujos de lava pueden ser altamente destructivos. Estos flujos tienen la capacidad de recorrer largas distancias, arrasando todo a su paso.

Explosiones: Las explosiones representan los eventos de mayor peligro que pueden ocurrir en un volcán. Durante estas explosiones, se expulsan rocas y cenizas al aire, pudiendo causar daños considerables en las áreas circundantes.

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En caso de producirse una erupción de gran magnitud en el volcán Popocatépetl, se esperaría una significativa caída de ceniza en la Ciudad de México, especialmente en la zona oriente, según el "Mapa de Peligros del volcán Popocatépetl" elaborado por el Fondo para la Prevención de Desastres Naturales (Forpreden) y la Secretaría de Gobernación (Segob).

En el escenario más probable, donde las columnas eruptivas serían menores a 10 kilómetros, la capital sufriría los efectos de la caída de ceniza.

En el caso de una columna de 10 a 20 kilómetros, se registrarían espesores de hasta 10 centímetros de ceniza en la mayor parte de la ciudad, mientras que en ciudades como Toluca el espesor sería de aproximadamente un centímetro.

En cuanto a la lava, es poco probable que alcance la Ciudad de México, aunque sí podría afectar a municipios de Morelos como Yecapixtla y Xochitlán.

En el escenario menos probable, los lahares, que son corrientes de lodo y escombros volcánicos, tampoco alcanzarían la capital, pero podrían afectar zonas como Xico y Chalco.

En relación a los proyectiles balísticos, que son rocas arrojadas por el volcán con un diámetro superior a los 6.4 centímetros, es poco probable que lleguen incluso al municipio de Amecameca.

En el escenario más probable, estos fragmentos peligrosos de roca se precipitarían únicamente sobre las laderas del volcán Popocatépetl, conocido también como "Don Goyo".

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