La calidad del aire en las ciudades está estrechamente vinculada con el estado de sus calles y la eficiencia del tránsito vehicular. De acuerdo con expertos en temas ambientales, los baches y el pavimento dañado no solo afectan la movilidad; también pueden ser una fuente de deterioro ambiental. De acuerdo con la Dra. María Eugenia Ibarrarán Viniegra, investigadora del Instituto de Investigaciones en Medio Ambiente Xabier Gorostiaga, SJ (IIMA) de la IBERO Puebla, el mal estado del asfalto puede incrementar hasta 34% las emisiones de gases de efecto invernadero y reducir en 25% la vida útil de los automóviles. La especialista explica que las superficies irregulares obligan a realizar maniobras constantes de frenado y aceleración, lo que eleva el consumo de combustible y el desgaste de los neumáticos, generando polvo y partículas que deterioran la calidad del aire. En países como España, estudios han demostrado que las calles en mal estado pueden aumentar hasta 9% las emisiones de dióxido de carbono en vehículos ligeros y 6% en los pesados. Aunque existen programas municipales y estatales para la reparación de calles, la cantidad de daños continúa en aumento, lo que ha generado cuestionamientos sobre la eficacia de las estrategias implementadas. Te puede interesar: ¿Harto de los cráteres en las calles? Así puedes reportar baches en Puebla La Dra. Ibarrarán Viniegra señaló que el programa estatal Bachetón contribuye parcialmente a la atención del problema, pero requiere un mayor control de calidad y una planeación a largo plazo. “Más que tapar baches, se necesita levantar las zonas deterioradas y utilizar materiales adecuados con supervisión técnica”, indicó. Atender la infraestructura vial de manera integral, añadió, no solo mejoraría la movilidad, sino que también reduciría los niveles de contaminación atmosférica y los efectos en la salud pública. Por ello, consideró necesario impulsar una estrategia urbana y ambiental coordinada que enfrente las consecuencias sociales y ecológicas del deterioro vial. |