Los voluntarios planean continuar su labor incluso después de que el fuego sea controlado, recaudando fondos y ayudando a reconstruir comunidades afectadas
Migrantes indocumentados en Los Ángeles han organizado brigadas voluntarias para retirar árboles caídos y escombros en las zonas más afectadas por los incendios forestales, demostrando solidaridad con las comunidades donde residen. A pesar del temor constante a la deportación, los voluntarios han salido de sus hogares armados con sierras eléctricas, rastrillos y herramientas para despejar caminos bloqueados y vías de evacuación.
Pablo Alvarado, codirector de la Red Nacional de Jornaleros (NDLON) , destacó: “Es un acto de solidaridad y la forma en que estamos acostumbrados a responder cuando la comunidad enfrenta una tragedia”. Testimonios de empatía y valentíaVecinos de las zonas cercanas al incendio Eaton han sido testigos del esfuerzo de los migrantes, quienes trabajan incansablemente para despejar entradas de casas y calles. Un activista que también debió desalojar su hogar comentó: “Es un trabajo que hacemos con el corazón y no esperamos nada a cambio. Tal vez la entrada que limpiamos sea de alguien que apoya la retórica antiinmigrante de Donald Trump, pero no importa, porque un país se construye con actos de amor, no de odio”. California enfrenta los efectos de fuertes vientos que alcanzan hasta 160 km/h, lo que ha provocado la caída de árboles y alimentado incendios que han consumido aproximadamente 4 mil 300 hectáreas. Aunque la tarea de retirar escombros recae en bomberos y empleados de la ciudad, estos están enfocados en combatir el incendio, dejando la remoción en manos de los voluntarios migrantes. La Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (OSHA) ha capacitado a los integrantes de NDLON en medidas de seguridad para desempeñar esta labor sin riesgos innecesarios. Marta Salazar, una voluntaria mexicana, optó por ayudar en lugar de buscar refugio en un albergue: “Hay personas que necesitan más el refugio. Yo, al menos, tengo el centro donde nos apoyamos”. Por su parte, Roberto Morales, un migrante nicaragüense que llegó en 2021, ve su participación como una respuesta a las políticas de deportación impulsadas por Trump: “No entiendo por qué nos quieren deportar. No somos criminales, somos personas que podemos aportar y servir, como lo estamos haciendo ahora”.
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