Lunes 27 Octubre 2025

Con la llegada de los últimos días de octubre, los hogares mexicanos comienzan a llenarse de color, aroma a copal y flores de cempasúchil. Como cada año, las familias se preparan para recibir a sus seres queridos que regresan desde el más allá, colocando los tradicionales altares de Día de Muertos, símbolo de una de las celebraciones más significativas del país.

Aunque el Día de Muertos se conmemora el 1 y 2 de noviembre, los preparativos inician desde antes, pues cada día está destinado a recibir a diferentes almas. De acuerdo con la tradición, el 27 de octubre es el turno de las mascotas, quienes, según la creencia popular, regresan primero al hogar.

El 28 de octubre se recuerda a quienes fallecieron en accidentes o de forma violenta; mientras que el 30 y 31 se dedican a las almas solitarias o los niños no bautizados.

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El 1 de noviembre, conocido como el Día de Todos los Santos, es reservado para los niños y niñas difuntos, y finalmente, el 2 de noviembre regresan los adultos, durante la celebración de Los Fieles Difuntos.

¿Cuáles son los elementos que no pueden faltar en la ofrenda?

El altar de muertos es mucho más que una mesa decorada: es una representación simbólica del viaje espiritual de las almas. Entre los elementos más importantes destacan:

  • Flores de cempasúchil, cuyo color y aroma guían a las almas.
  • Veladoras, que iluminan el camino y representan la esperanza.
  • Incienso o copal, que purifica el ambiente.
  • Agua, para calmar la sed del espíritu.
  • Pan de muerto, símbolo del ciclo entre la vida y la muerte.
  • Comida favorita del difunto, como forma de bienvenida.
  • Fotografía del ser querido, el corazón del altar.
  • Papel picado, que representa el aire y la fragilidad de la existencia.
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Algunos también incluyen bebidas alcohólicas, dulces, cigarros y objetos personales de los difuntos, así como croquetas o juguetes cuando la ofrenda está dedicada a mascotas.

¿Qué significan los niveles en el altar de muertos?

Tradicionalmente, un altar completo tiene siete niveles, que representan el camino del alma hacia el descanso eterno:

  1. Protección divina, con la imagen de un santo o cruz.
  2. Ánimas del purgatorio, para facilitar el regreso de las almas.
  3. Purificación, simbolizada con la sal.
  4. Pan de muerto, como sustento espiritual.
  5. Comidas y frutas favoritas del difunto.
  6. Fotografía del ser querido recordado.
  7. Cruz o símbolo de fe, que representa el encuentro final con lo divino.

Cabe destacar que el origen de los altares se remonta a las civilizaciones mexicas, quienes rendían tributo a sus muertos durante la época de cosechas.

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Con la llegada del catolicismo, estas prácticas se fusionaron con las celebraciones de Todos los Santos y Fieles Difuntos, dando forma a la tradición que hoy es reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.

Más que una despedida, el Día de Muertos es un encuentro entre vivos y muertos, una celebración de amor, memoria y herencia cultural que su principal objetivo es mantener viva la conexión con quienes ya partieron.

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