Gigantes se lleva el Super Bowl XLVI

**Eli Manning volvió a darle la victoria a Nueva York, en lo que pareció una calca del Tazón de hace cuatro años INDIANÁPOLIS, EU.- Eli no pudo elegir mejor lugar para realizar su ascención al cielo de la NFL. Todo quedó en familia. El estadio Lucas Oil atestiguó una nueva proeza con el sello Manning. No fue Peyton. Poco importó. Su hermano menor ya tiene algo que presumirle: un anillo más de Super Bowl. El quarterback de los Gigantes encabezó una ofensiva, que concluyó con el acarreo de anotación de Ahmad Bradshaw (seis yardas), para darle a los neoyorquinos el título de la NFL. Segunda corona de Manning... Y de nueva cuenta con el legendario Tom Brady como rival. No hubo revancha para los Patriotas de Nueva Inglaterra, cuyo arsenal y temple no alcanzó para recorrer 80 yardas en 57 segundos. Victoria para los Gigantes (21-17), inmortalidad para el chico de los regresos. Séptima ocasión que lo hace en un juego de postemporada, bueno para darle a Nueva York su cuarto triunfo en un Super Bowl (1987, 1991, 2008 y 2012). La peculiar anotación de Bradshaw quedó en simple anécdota. Encrucijada del destino: marcó los puntos que representaron la diferencia, pero con el remordimiento de que le dejaba casi un minuto de juego a la dupla Brady-Belichick. Los defensivos neoyorquinos resistieron estoicos. No hubo tiempo para otra hazaña del quarterback de los Patriotas. No en territorio Manning. Terry Bradshaw y Joe Montana se mantienen como los únicos con cuatro éxitos en un Super Bowl. Se quedó a una jugada... A un suspiro. Toda una eternidad para Eli, cuyo nombre ya está escrito con letras de oro en la historia de la NFL. Sí, su nombre. El apellido ya brillaba desde hace algunos años.
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