El Fantasma perdió por el peso

Expertos señalan que Óscar González también le faltó una mejor preparación, además de que el réferi debió parar la pelea a tiempo  Luis DINORÍN Ante la lamentable partida de Óscar El Fantasma González por un paro cardiaco el pasado lunes, luego de perder vía nocaut una pelea de campeonato contra el pugilista poblano Jesús Zurdo Galicia, El Popular, diario imparcial de Puebla buscó la opinión de los expertos de la Comisión de Box y Lucha Libre del Municipio de Puebla para que dieran su punto de vista de las posibles causas que derivaron en el deceso. En medio de las versiones que apuntan que González tuvo problemas para dar el peso que exigía la división para la cual se preparó, el maestro Alfredo Badillo mencionó que “el asunto del peso en el boxeo es muy importante. Tan sólo bajar medio kilo a un competidor ya es riesgoso, ahora imagínate más”. En cuanto al papel del réferi en el desenlace fatal, señaló que no tenía experiencia, ya que tuvo mucho que ver, “debió detener la pelea”. “Él es la mayor autoridad arriba de un ring para suspender una pelea. No te basten los jueces, fue como falta de ética del réferi, no sabemos qué esperaba, desde el momento que vio una pelea mal, debió detenerla”, agregó el entrenador profesional. Agregó quese debe quitar eso de que cuando un peleador esta pasado o falto de peso, no peleé a partir de un kilo de diferencia, desde el peso está el daño”. Abundó que El Fantasma no estaba preparado como debía ser. “Se le vio la falta de condición física, cuando un acondicionamiento físico no está bien, que es lo básico en el boxeo se viene para abajo todo y es cuando pones en riesgo tu integridad como ser humano”. “Si tú estás bien preparado y físicamente llegas en el peso que se pacta, pero en el momento en que llegas falta o estás pasado de peso es que no hubo un entrenamiento bien hecho. Mencionó que para pelear un campeonato en si, el peleador debe correr de 1 hora y hasta hora y media. Un sistema de costales de tirar 10, 12 rounds, más aparte tirar guantes o sparring por lo menos cinco al día. “Es una preparación fuerte, que implica la llegada de un nutriólogo, preparador físico y entrenador de boxeo”. “Por algo llevamos resultados amateur y estamos debutando en lo profesional, he tenido a el, ahorita tengo a Óscar Ruiz, a mi hijo Alfredo Badillo y otros profesionales. A nivel amateur tenemos a chavos que se han llevado medallas de plata, de oro y bronce nacional”. El maestro Badillo quien en la actualidad es uno de los instructores de boxeo autorizados por la Comisión de Box y Lucha del Municipio de Puebla, se inició en el deporte a los 13 años. Entre sus logros está haber logrado el campeonato nacional tres veces, campeón de los guantes de oro, campeón de copa entre muchos más. Para concluir, hizo un llamado a los entrenadores para que cuiden a sus pupilos a fin que sepan reconocer cuando es el momento de perder y parar una pelea a tiempo, con el fin de evitar vuelva a suceder una tragedia como la del Fantasma”. La parte médica El doctor Alejandro Grajales es otra de las voces autorizadas y en entrevista con este medio aseguró que aunque en realidad no vio la pelea, otros colegas suyos también doctores especialistas concuerdan en que probablemente el boxeador nayarita ya venía con algunas lesiones. “Yo no la vi, pero sí te voy a decir que otros compañeros comentan que de acuerdo a lo que se vio el peleador posiblemente ya tenía algunas lesiones, tal vez algo que nosotros le llamamos aneurisma o algo parecido”. También subrayó la importancia de un buen acondicionamiento físico y una buena preparación como factores de importancia para evitar una tragedia como la que sucedió. Una añeja advertencia Un texto publicado desde 1977 en el diario El País, explica los riesgos del boxeo en un artículo titulado: “Los boxeadores corren riesgos innecesarios” donde el periodista deportivo Alfredo Relaño, actual director del periódico deportivo español As, plasma: “El gran enemigo del boxeador es la conmoción cerebral, que se produce siempre que un golpe es lo bastante fuerte para hacer golpear al cerebro con las paredes interiores del cráneo. Cuando esto ocurre, produce un atontamiento momentáneo y en muchos casos da paso a una hemorragia cerebral interior, que suele cicatrizar en un periodo corto de tiempo. “Pero las consecuencias de la conmoción no se detienen, por desgracia, en la pérdida de un combate antes del límite, sino que producen la muerte de unas cuantas células cerebrales” “Contrariamente a otros tejidos del cuerpo, la masa cerebral no se regenera. Eso hace que un boxeador que ha sufrido numerosas conmociones a lo largo de su carrera se convierta en un hombre que ha perdido una considerable porción de células cerebrales, un hombre con varias cicatrices en su cerebro”. “En ocasiones, un golpe puede ser lo bastante fuerte como para que la hemorragia no se detenga a tiempo. En este caso, el boxeador morirá, fatalmente, tras varias horas o días de inconsciencia”. A estas fatales consecuencias hay que agregar ahora, el caso de Óscar, El Fantasma González.
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